Un diagnóstico positivo sigue representando, de alguna forma, un clóset del VIH del que las personas procuran no salir hasta sentirse seguras. El estigma que rodea la experiencia de vivir con VIH no ha disminuido lo suficiente, a pesar de que hoy la información está disponible en unos cuantos clics y de que los tratamientos han conseguido que las personas con VIH vivan vidas largas y saludables.
En este sentido, queremos recordarte que salir del clóset del VIH es una decisión personal y que no debes sentir presión de hacerlo. Cada quien tiene su momento y es mejor prepararse en varios sentidos.
Por otro lado, a quienes no viven con VIH les corresponde también trabajar para que, por un lado, las personas no sientan temor al compartir su diagnóstico y, por otro, no enfrenten violencia o discriminación por parte de sus familias, amigos o en sus lugares de trabajo al momento de hacerlo.
El temor es normal, pero no dejes que te venza
Cuando escuchas por primera vez de que vives con VIH, uno de los pensamientos que surgen de inmediato y que pueden parecer amenazantes es: ¿Cómo le diré a mi familia y amigos que vivo con el virus?
En el fondo, esto tiene que ver con lo que esas personas “puedan pensar de ti”, dado que el VIH se suele relacionar con comportamientos socialmente rechazados, como la vida sexual activa fuera del matrimonio, la homosexualidad o el consumo de drogas inyectables.
Así, puede llegar a tu mente una avalancha de escenarios hipotéticos de rechazo y vergüenza, mucho antes de que pronuncies las palabras frente a tus seres queridos.
Aunque estos riesgos pueden hacerte dudar sobre si es buena idea salir del clóset del VIH, debes saber que la mejor manera de mantenerte saludable y manejar bien el virus es crear un sistema de apoyo con personas que amas y en quienes confías, como lo señala la revista Plus.
Para lograr conformar esta red, es importante que superes tus temores y hables abiertamente sobre tu estado con quienes son importantes en tu vida. En el proceso te pueden ayudar mucho los siguientes tips.
Habla con quien ya ha salido del clóset del VIH
Un primer paso es buscar consejos de alguien que tenga experiencia personal en la misma situación. Acércate a alguien que sepas que vive con VIH. Si no conoces a nadie, busca grupos de apoyo en línea o acércate a los grupos de apoyo mutuo que muy seguramente encontrarás en la clínica donde recibirás la atención médica. Ahí puedes encontrar un amigo o amiga que pueda darte buenos consejos.
Hablar con alguien que ya haya pasado por todo esto te ayudará a tener una perspectiva más realista y puede responder tus dudas o aliviar tus preocupaciones.
Otra herramienta fundamental es la información. Al igual que cuando tú te enteraste, es probable que las personas a quienes reveles tu estado tengan muchas dudas. Prepárate con algunos datos y cifras sobre el tratamiento del VIH, esto para tranquilizarlos. Una vez que aclares sus preocupaciones sobre tu salud, podrás pasar a otros temas de conversación.
Lo más importante de este paso es que tus datos sean correctos y vengan solo de fuentes confiables, como AHF Panamá y ONUSIDA, para empezar.
Ve una persona a la vez
No te abrumes pensando en cómo todas las personas de tu vida manejarán la noticia; ve una por una. Comienza con la persona más cercana a ti, alguien que te apoye sin importar nada. Puede ser un amigo o amiga, un familiar cercano o tu pareja. Después de haberle contado a las personas de tu círculo más íntimo, puedes decidir cómo hablar con el resto del mundo.
Toma en cuenta que es muy probable que tu familia y amistades no estén al tanto de la información más actualizada sobre el VIH, y pueden tener creencias estigmatizantes sobre las personas que viven con el virus. Es posible que al principio confundan tu nueva condición con algo grave y terminal, en lugar de la enfermedad crónica y manejable que realmente es. Dales tiempo para aprender y procesar la información.
Recuerda que las personas que te aman probablemente estarán muy preocupadas y afectadas al principio, pero eso es normal porque se preocupan por ti. Sé paciente. En un par de meses podrás estar hablando de tus resultados de laboratorio de la misma manera en que hablas de tu trabajo y tu vida amorosa.
Nada te obliga a dejar el clóset del VIH
Hablar sobre el VIH con alguien que te importa no es fácil, pero vale la pena porque podrías estar posponiendo una conversación que no será tan catastrófica como te imaginas. Y si lo es, igual te librarás de esa incertidumbre de cómo iba a reaccionar tal o cual persona, y podrás seguir avanzando hasta encontrar a aquellas que sí te darán su apoyo incondicional.
No olvides que en AHF Panamá realizamos pruebas de VIH gratuitas, confiables y en minutos. Sólo tienes que acercarte a nuestras oficinas o escribirnos por Whatsapp y con gusto te atenderemos.