Los representantes de 194 países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunieron recientemente en Ginebra, Suiza, durante la 77ª Asamblea Mundial de la Salud. Bajo el lema “Todos por la salud, salud para todos”, uno de los temas principales fue el Tratado Internacional para la Prevención, Preparación y Respuesta ante Pandemias, conocido como el “Acuerdo Pandémico”. Aunque se esperaba llegar a un consenso sobre el documento para mayo de 2024, los países no lograron acordar un texto final.
En este contexto el Instituto AHF de Salud Pública Global ha sido un defensor activo de un acuerdo vinculante en preparación y respuesta ante pandemias, resaltando la necesidad de garantizar acceso equitativo a las medidas sanitarias. Y es que para AHF, la pandemia de COVID-19 expuso desigualdades graves en la distribución de vacunas, lo que resultó en más de 1.3 millones de muertes adicionales, afectando principalmente a los países del Sur Global. Mientras que en países como Canadá y el Reino Unido más del 70% de la población había recibido la doble dosis de la vacuna para febrero de 2022, el 85% de las naciones africanas no pudieron administrar ni una sola dosis.
El llamado de AHF por la equidad
AHF subraya que el acaparamiento de vacunas por los países de altos ingresos durante la pandemia fue un ejemplo claro de cómo la priorización de intereses propios exacerbó la crisis mundial. La equidad en la respuesta a futuras pandemias dependerá de compromisos concretos en el Tratado Pandémico, como la producción regional de vacunas, diagnósticos y terapias en los países de ingresos bajos y medios.
Este enfoque, permitirá que las regiones más vulnerables no dependan exclusivamente de las naciones ricas, mejorando el acceso rápido y equitativo a productos médicos esenciales durante emergencias globales.
El Sur Global, es decir, los países en desarrollo y las regiones menos desarrolladas del mundo, debe unirse para luchar por el establecimiento de su propia capacidad de producción regional para vacunas, diagnósticos, terapéuticas y otras contramedidas salvavidas. La equidad exige disposiciones vinculantes para lograr esto a través del Acuerdo sobre Pandemias de la OMS.
Las medidas propuestas, sin embargo, son insuficientes porque (a) carecen de compromisos vinculantes, (b) tienen un enfoque insuficiente en la transferencia de tecnología, (c) los mecanismos de financiamiento son inadecuados, (d) carecen de mecanismos de rendición de cuentas, y (e) carecen de pasos accionables y plazos concretos para la implementación. Por lo tanto, los objetivos de AHF se pueden expresar de manera amplia de la siguiente manera: el Sur Global debe unirse para luchar por el establecimiento de su propia capacidad de producción regional para vacunas, diagnósticos, terapéuticas y otras contramedidas salvavidas. La equidad exige disposiciones vinculantes para lograr esto a través del Acuerdo sobre Pandemias de la OMS.
Transferencia de tecnología y financiamiento
Para asegurar la equidad, AHF insiste en que el tratado debe incluir mecanismos claros para la transferencia de tecnología y conocimientos a los países del Sur Global. Esto implica conectar los artículos 11 (Transferencia de tecnología) y 12 (Acceso a Productos y Beneficios de la Salud, PABS) del tratado, asegurando que los fabricantes que se beneficien del sistema PABS se comprometan a compartir tecnología con naciones en desarrollo.
El tratado también debe incluir financiamiento sostenible a largo plazo para que estos países puedan desarrollar su capacidad de producción no solo de vacunas, sino también de equipos médicos esenciales en futuras crisis sanitarias.
Pasos críticos para el futuro
El próximo paso en las negociaciones será clave para asegurar que las lecciones aprendidas de la pandemia de COVID-19 se transformen en medidas concretas. Sin un compromiso firme de los países ricos y de la industria farmacéutica para apoyar la autosuficiencia regional, el Tratado Pandémico no alcanzará su objetivo de proteger equitativamente a todas las poblaciones. Informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) coinciden en que la pandemia reveló una “falta de unidad mundial” que profundizó las desigualdades globales, particularmente en el acceso a vacunas, concentración de riqueza y tecnología. Esto dejó a los países en desarrollo en una situación de mayor vulnerabilidad frente a la crisis.
Por último, la OMS detalla en su sitio oficial que el nuevo acuerdo podría corregir deficiencias expuestas por la pandemia, específicamente en:
- Acuerdos globales para mejorar la preparación y respuesta ante futuras pandemias.
- Financiación sostenida y previsible para emergencias sanitarias.
- Transferencia de tecnología, con acceso abierto a diagnósticos, vacunas y medicamentos.
- Mecanismos de gobernanza y supervisión para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas.
El “Acuerdo Pandémico” representa una oportunidad crítica para corregir las fallas observadas durante la pandemia de COVID-19, especialmente en lo que respecta a la equidad global en el acceso a productos sanitarios esenciales. La profunda desigualdad en la distribución de vacunas expuso la vulnerabilidad de los países de ingresos bajos y medios, destacando la necesidad de compromisos concretos por parte de los Estados más ricos y la industria farmacéutica.
Cientos de organizaciones de la sociedad civil abogan hoy por la inclusión de mecanismos claros en el tratado para garantizar la transferencia de tecnología y el fortalecimiento de la producción local en regiones desfavorecidas. Esto no solo mejoraría la capacidad de respuesta ante futuras emergencias sanitarias, sino que también reduciría la dependencia de estas naciones en tiempos de crisis global.
El éxito del tratado dependerá del compromiso de la comunidad internacional para priorizar la equidad y la autosuficiencia regional, asegurando que las lecciones aprendidas se traduzcan en acciones concretas que protejan a todas las poblaciones por igual.
