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Para las mujeres con VIH, algunas circunstancias cotidianas pueden ser un desafío, y para afrontarlas es muy importante sentirse respetadas por el personal de salud. Sin embargo, como en todas las relaciones humanas, lo que para una persona representa respeto no necesariamente lo simboliza para otra.

Por ello, un equipo de investigación de Estados Unidos, realizó un estudio que revela cómo las mujeres que viven con VIH, en especial las mujeres racializadas, perciben el respeto en las clínicas. Se descubrió que hay muchas formas en que el personal de salud puede mostrar respeto más allá de simplemente respetar la autonomía de la mujer. Desde recordar tu nombre hasta ofrecer apoyo emocional, aquí te contamos cómo un buen trato puede hacer una gran diferencia en tu experiencia de atención médica.

Mujeres con VIH y racializadas

Según la investigación, la educación médica debería enseñar una comprensión más amplia de la atención clínica respetuosa para mujeres racializadas que viven con VIH y provienen de entornos de bajos ingresos, de acuerdo con el sitio Aidsmap.com.

Los autores, liderados por la doctora Sofía Fernández, argumentan que entender las diversas maneras en que las mujeres con VIH se sienten respetadas por el personal de salud puede mejorar las interacciones clínicas, la retención en tratamiento y los resultados de salud en general.

Cuando hablamos de “mujeres racializadas”, nos referimos a mujeres que pertenecen a grupos étnicos o raciales que históricamente han sido marginados, discriminados o tratados de manera desigual en la sociedad. Esto incluye a mujeres negras, latinas, indígenas, asiáticas y otras minorías raciales. Estas mujeres suelen enfrentar múltiples formas de discriminación y desafíos adicionales debido a la intersección de su género y su color de piel, a lo que, en este caso, se suma su experiencia de vivir con VIH.

El estudio puntualiza que, con frecuencia, el personal de salud puede no entender completamente cómo las mujeres que enfrentan múltiples marginalizaciones perciben el respeto en los entornos clínicos.

Entrevistas a mujeres con VIH

Todas las participantes del estudio se identificaron como hispanas/latinas, negras/afroamericanas y/o haitianas y habían vivido en el área de Miami, Florida, durante un promedio de 20 años.

Cincuenta y siete participantes respondieron a la pregunta: “¿Cuáles son ejemplos de momentos en los que sentiste que tu médico(a) y enfermero(a) te trataron con respeto?”

En general, las participantes describieron el respeto de muchas maneras que se pueden captar en dos grandes áreas: una, orientación del personal de salud hacia la usuaria del servicio (ser tratada como una persona, ser tratada como igual, ser tratada sin culpa ni prejuicios y ser tratada con preocupación/apoyo emocional), y dos, profesionalismo médico (disponibilidad del profesional de salud y consideración de la privacidad).

Formas 1 y 2: tratarlas como una persona, tratarlas como iguales

Las participantes mencionaron que ser tratadas como personas era fundamental para recibir respeto de su equipo médico. Sentían que el personal de salud demostraba esto al preguntar sobre aspectos no médicos de sus vidas y al saludarlas de manera amistosa.

Por el contrario, las participantes se sentían irrespetadas cuando su médico no las miraba o “prestaba poca atención a las cosas que dices, como si no fueras importante”.

Además, sentir que “están en esto juntos” con su equipo de salud era un signo de ser tratadas como iguales, con respeto. Ellas deseaban tener una sensación de toma de decisiones compartida.

Las participantes también apreciaban cuando el personal de salud las animaba a hacer preguntas y se tomaba el tiempo para explicar los procedimientos médicos y los resultados.

Forma 3: tratarlas sin prejuicios

Las mujeres entrevistadas señalaron que el personal de salud también mostraba respeto cuando evitaba culparlas o avergonzarlas, y trataba a quienes estaban a su cuidado sin estigmatizarlas.

Otras participantes compartieron cuando se sintieron irrespetadas específicamente por la falta de calidez, la comodidad y la sensación de ser juzgadas o “menospreciadas”. Así, la conexión humana y las interacciones positivas eran signos claros de tratar a las participantes con cuidado.

Forma 4: brindar apoyo emocional

Los profesionales de la salud que reconocían, consolaban y confortaban a las mujeres con VIH en momentos de angustia eran vistos como personas que las tratan con preocupación y brindan apoyo emocional, lo cual era clave para mostrar respeto.

Forma 5: profesionalismo

La forma en que se brindaba la atención también era importante para las mujeres con VIH. El personal de salud demostraba respeto estando disponibles y accesibles, por ejemplo, atendiendo dudas breves fuera de las consultas.

Los esfuerzos para mantener la privacidad también hacían que las mujeres se sintieran respetadas. En contraste, algunas dijeron sentirse incómodas en las salas de espera que las dejaban expuestas o cuando personal adicional, como estudiantes de medicina, estaba presente en las citas médicas.

Comprendiendo a las mujeres con VIH

El estudio tuvo varias limitaciones, como el grupo reducido de participantes y que todas ellas acudían a la misma clínica. Sin embargo, los hallazgos siguen siendo relevantes.

Los grupos en mayor vulnerabilidad, como las mujeres y las minorías raciales, enfrentan dificultades para acceder a la atención del VIH por diversos motivos, por lo que es importante escuchar sus voces. Para el equipo de investigación, sus hallazgos “ofrecen una comprensión más sólida de cómo el respeto hacia las personas puede ser materializado en la práctica”.

Recuerda que si vives con VIH, tienes derecho a la atención médica de mejor calidad disponible para sobrellevar esta condición. En AHF Panamá podemos ayudarte a ingresar al sistema de salud y recibir la atención que te corresponde. Acércate a nuestras oficinas o escríbenos por WhatsApp y haz una cita ya.