La manera más segura de saber si tiene VIH es realizándose la prueba de sangre
Por lo general las personas con VIH podrían desconocer que han contraído el virus. Después del contagio, algunas personas podrían presentar algo similar a la mononucleosis infecciosa con síntomas tales como fiebre, escalofríos, sarpullido, dolor articular y muscular, sudoración (especialmente por la noche), cansancio, debilidad, pérdida de peso y ganglios linfáticos inflamados.
Éstos síntomas se podrían producir en el momento de la seroconversión, que es el desarrollo de anticuerpos contra el VIH y habitualmente se produce entre uno a dos meses después de haber contraído el virus.
Lo principal que debe realizarse la persona es una prueba de VIH, ya que mientras se van presentando estos síntomas, el virus podría continuar desarrollándose y causar daño en los órganos y el sistema inmunológico.
Si se cumple estrictamente con un plan de tratamiento antirretroviral, la persona podría alterar esta fase y suprimir el virus completamente. No se estaría curando del virus, pero sí podría evitar el daño continuo que le produce al sistema inmunológico el VIH.
La infección por el VIH causa el agotamiento y el debilitamiento progresivos del sistema inmunitario. Al no tomar la medicación apropiada y constante, éstos síntomas podrían lleva a una mayor susceptibilidad del cuerpo a infecciones y cánceres, y puede conducir al desarrollo del sida.
¿Cómo saber que llegó al sida?
El VIH lo que hace es destruir las células del sistema inmunitario, éstas se llaman CD4 o células T. Sin esas células, su organismo se le haría muy difícil combatir las enfermedades, por ello la insistencia del uso de antirretrovirales.
Si esto llega a pasar, la persona contagiada de VIH se hará más propensa a adquirir enfermedades graves que, con el pasar del tiempo, causaría el daño de su sistema inmune provocando el sida.
Al presentar la enfermedad (sida), los síntomas que la persona tendría son: aftas (un revestimiento espeso y blanco en la lengua o la boca); dolor de garganta; infecciones graves por hongos; enfermedad pélvica inflamatoria crónica; infecciones graves recurrentes; cansancio persistente, mareos y aturdimiento; dolores de cabeza; pérdida repentina de peso; formación de hematomas con más frecuencia de lo normal, diarrea, fiebre, o sudores nocturnos durante mucho tiempo; glándulas inflamadas o duras en la garganta, las axilas o la ingle; episodios de tos seca y profunda; sensación de falta de aire; protuberancias violáceas en la piel o en la boca; sangrado de la boca, la nariz, el ano o la vagina; erupciones de la piel; adormecimiento de las manos o los pies; pérdida del control sobre los músculos y los reflejos; incapacidad de movimiento y pérdida de fuerza muscular.
Si este artículo le ha generado inquietud, por posiblemente haber estado expuesto al virus, hable con su médico de confianza o busque asesoría con algún grupo de apoyo. Lo más indicado es proceder de inmediato a realizarse una prueba de VIH.
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Fuentes:
https://www.unaids.org/es/frequently-asked-questions-about-hiv-and-aids
https://www.clinicalascondes.cl/BLOG/Listado/Infectologia/sospechas-de-vih-sintomas-tratamiento