Si te diagnosticaron VIH, puedes estar pasando por un momento abrumador y es normal sentir miedo, confusión o incertidumbre. Sin embargo, las decisiones que tomes en los primeros meses después de tu diagnóstico pueden hacer una gran diferencia en tu salud y tu bienestar a largo plazo.
Para ayudarte a afrontar esta nueva etapa de una mejor manera, aquí te contamos los cinco errores más comunes que algunas personas cometen al recibir su diagnóstico y cómo evitarlos.
1. Aplazar el tratamiento del VIH
Uno de los mayores errores que podrías cometer es retrasar el inicio del tratamiento antirretroviral. Los medicamentos disponibles actualmente permiten que el VIH sea una condición manejable y tienen pocos efectos secundarios que, además, son temporales.
Recuerda que los medicamentos pueden reducir la carga viral (la cantidad de virus en la sangre) hasta niveles indetectables. De esta manera, tu salud se mantendrá en las mejores condiciones por más tiempo y, adicionalmente, se elimina la posibilidad de transmitir el VIH a otras personas.
El tratamiento antirretroviral debe comenzar a tomarse lo más pronto posible después del diagnóstico. Entre más tiempo esperes, el VIH tiene oportunidad de debilitar tu sistema inmunológico y esto aumenta el riesgo de complicaciones. Aunque es normal necesitar un tiempo para procesar la noticia, empezar el tratamiento cuanto antes es clave para que sigas viviendo bien.
2. Aislarte y no buscar redes de apoyo
El VIH puede generar sentimientos de soledad o vergüenza, pero si te aíslas, se volverá más difícil sobrellevar el momento de cambios. Buscar apoyo en amistades de confianza, familiares o grupos especializados te ayudará a transitar la situación con más tranquilidad.
No es necesario que divulgues tu estatus de VIH de una sola vez a todas las personas de tus círculos cercanos. Puedes elegir una o dos personas que consideres que no van a reaccionar negativamente; así podrás compartir esta información y recibir el apoyo que tanto te beneficiará.
Por otro lado, existen muchas organizaciones y grupos que brindan información, apoyo emocional y acompañamiento. Muchas veces están conformados por personas que viven con VIH y que han estado en la misma situación, de manera que pueden escucharte y asesorarte para que resuelvas tus dudas. Hablar con otras personas que viven con VIH puede darte una nueva perspectiva y ayudarte a que sientas apoyo.
3. Tener malos hábitos de vida
El VIH es un nuevo elemento en tu salud, pero lo mismo es una oportunidad para cambiar hábitos y mejorar tu estilo de vida, todo con el fin de mantenerte en mejores condiciones durante más tiempo.
Fumar, consumir alcohol en exceso, no alimentarte bien, consumir drogas o descuidar tu salud mental pueden debilitar tu sistema inmunológico. En cambio, comer bien, hacer ejercicio y descansar lo suficiente son hábitos que te mantendrán saludable, lo que se traducirá en que tu cuerpo responda mejor al tratamiento. En especial, la salud mental es muy importante. Si sientes ansiedad, estrés o depresión, busca ayuda profesional.
4. No informarte bien sobre el VIH
Dejarte llevar por los mitos o buscar información en fuentes poco confiables puede generarte más ansiedad y hacer que tomes decisiones equivocadas. Lamentablemente, todavía hay mucha desinformación sobre el VIH y es importante que busques en fuentes médicas, organizaciones especializadas y profesionales de la salud.
El aprender sobre tu condición te dará herramientas para sentir seguridad, además de que podrás explicárselo a quienes necesites y, sobre todo, te permitirá tomar mejores decisiones sobre tu salud y tu calidad de vida.
5. Descuidar el seguimiento médico
Una vez que inicias el tratamiento, es muy importante que sigas las indicaciones de tu equipo médico y acudas a tus controles periódicos. Muchas personas, al sentirse bien, dejan de asistir a sus consultas o interrumpen el tratamiento, lo cual puede llevar a que el VIH se vuelva resistente a los medicamentos. Toma en cuenta que, hasta hoy, el tratamiento antirretroviral debe tomarse de por vida, tal como los medicamentos para otras condiciones crónicas de salud.
El seguimiento médico permite monitorear el estado de tu organismo, ajustar el tratamiento si es necesario y prevenir cualquier posible complicación. No olvides que la adherencia al tratamiento es la clave para mantenerte indetectable y saludable.
A partir de hoy, ten presente que vivir con VIH implica hacer algunos ajustes en tu rutina, pero no significa que tu vida se detenga. Con el manejo adecuado, puedes llevar una vida larga, plena y saludable.
También recuerda que en AHF Panamá estamos para apoyarte. Si no has empezado tu tratamiento antirretroviral, o si lo suspendiste y quieres retomarlo, aquí te acompañamos. Acércate a nuestras oficinas o escríbenos por WhatsApp y conoce todos nuestros servicios.