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Un estudio de la Universidad de Oslo, Noruega, revela que la incidencia de VIH entre personas de 60 a 89 años en áreas de ingresos más altos como Europa del Este, Asia Central y Asia-Pacífico está aumentando notablemente, mientras que a nivel global, los nuevos casos han ido disminuyendo gradualmente durante las últimas décadas.

La investigación, publicada en la revista médica The Lancet Healthy Longevity, examinó las tendencias epidemiológicas globales sobre el VIH y las infecciones de transmisión sexual (ITS).

Prejuicios y riesgo

Hasta hoy, la sexualidad ha sido un aspecto que se creía ausente en la población adulta mayor. Sin embargo, el aumento en la longevidad, los cambios en las normas sociales y la disponibilidad de tratamientos farmacológicos para abordar las disfunciones sexuales han llevado a que la actividad sexual sea más común en las personas mayores, señala el sitio web del Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt-VIH).

El problema es que la actividad sexual continuada y sin protección aumenta el riesgo de contraer ITS y VIH. Además, ciertos factores como los estereotipos y prejuicios relacionados con la edad, junto con otras variables biológicas, psicológicas, culturales y sociales, contribuyen a aumentar el riesgo de VIH e ITS en personas mayores.

De hecho, investigaciones previas ya habían registrado una tendencia al aumento de diagnósticos tardíos de VIH en personas mayores de 50 años en casi todas las regiones del mundo.

Análisis retrospectivo

El estudio en cuestión, realizado por un equipo de investigación noruego, tuvo como objetivo evaluar la incidencia, prevalencia, mortalidad y años de vida ajustados por discapacidad (DALY, por sus siglas en inglés) del VIH y otras ITS desde 1990 hasta 2019, desglosados por sexo, edad e índice sociodemográfico, utilizando datos de 204 países.

Los hallazgos confirmaron que el aumento de nuevos casos de ITS en personas mayores sigue siendo un desafío significativo para la salud pública. A nivel mundial, en 2019 se registraron más de 77,000 nuevos casos de VIH y casi 26.5 millones de nuevos casos de otras ITS en personas de edad avanzada. 

El estudio noruego también destaca que la falta de conciencia sobre la sexualidad en población mayor por parte del personal médico puede resultar en una comunicación inadecuada con respecto a la salud sexual y el riesgo de VIH y otras ITS. Además, señalan que a menudo las personas mayores son excluidas de los programas de prevención de ITS y promoción de la salud sexual, lo que lleva a un menor uso de condones y menos pruebas de ITS en comparación con grupos de edad más jóvenes, en parte debido al falso estereotipo de que las personas mayores no son sexualmente activas.

El uso generalizado de medicamentos para la disfunción eréctil o la facilidad de viajar a países extranjeros con industrias sexuales accesibles son otras circunstancias que contribuyen a la complejidad de la situación para las personas mayores afectadas por el VIH.

Una dinámica cambiante

En el aspecto estadístico del estudio noruego, se destaca que en 2019, las regiones del África subsahariana (central, oriental, meridional y occidental) exhibieron las tasas más altas de incidencia de VIH por edad (por cada 100,000 habitantes). Sin embargo, entre 1990 y 2019, los mayores incrementos en la tasa de incidencia del VIH estandarizada por edades se registraron en regiones consideradas de altos ingresos, como Europa del Este (cambio medio anual del 17 al 84%), Asia Central (del 14 al 26%) y Asia-Pacífico.

La carga significativa de ITS, incluido el VIH, en el África subsahariana, suele estar acompañada de una alta prevalencia de otras condiciones coexistentes, como tuberculosis, malaria, desnutrición y enfermedades no transmisibles (por ejemplo, enfermedades cardiovasculares y diabetes). La presencia de estas comorbilidades, junto con la infraestructura de atención médica limitada, plantea desafíos significativos para el envejecimiento saludable.

En Europa del Este, la incidencia del VIH está aumentando entre las personas mayores debido a diversos factores, como el incremento en el consumo de drogas inyectables, prácticas sexuales sin protección, y factores socioeconómicos como la pobreza y la exclusión social.

Estrategias exitosas

En el otro extremo del espectro, varios países como Australia, Suecia y China han logrado mitigar la carga de las ITS entre los adultos mayores en 2019. Lo han conseguido mediante la implementación de estrategias dirigidas a población adulta mayor, como campañas de detección de VIH, centros de salud dedicados a este grupo y campañas informativas dirigidas a todas las edades.

Sin embargo, incluso en estos países con resultados alentadores, persisten desafíos. Por ejemplo, en China se han observado aumentos en la prevalencia de VIH entre personas adultas mayores, lo que sugiere la necesidad de una atención continua a esta población.

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