Durante los inicios de la pandemia de COVID-19 se probaron muchos de los medicamentos disponibles, con la esperanza de que frenaran la infección por el SARS-CoV-2. Entre ellos, también tocó el turno al medicamento antirretroviral, utilizado para contener el VIH.
También se observó cómo se comportaba el COVID-19 en quienes tomaban ciertos tratamientos, para averiguar si alguno tenía un efecto protector contra la infección. Aunque algunos antirretrovirales mostraron algunos resultados, hoy, casi cuatro años después, una nueva investigación afirma que no hay ninguno que haya demostrado funcionar para ese fin.
Viejos conocidos
El tratamiento antirretroviral con tenofovir disoproxil fumarato (TDF), etravirina o un medicamento del tipo inhibidor de la integrasa no reduce el riesgo de adquirir el SARS-CoV-2 o COVID-19 grave, según un estudio desarrollado en los Países Bajos y publicado en la revista científica AIDS.
El estudio fue encabezado por la doctora Myrthe Verburgh y llevado a cabo por su equipo en los Centros Médicos de la Universidad de Ámsterdam. La investigación examinó las asociaciones entre el tratamiento antirretroviral y los riesgos de COVID-19 en dos cohortes de personas que viven con VIH: la cohorte AGEhIV y ATHENA (la cohorte nacional neerlandesa de observación del VIH).
Además de investigar el efecto del tratamiento con TDF en el riesgo de COVID-19, también se enfocaron en determinar si varios antirretrovirales que habían sido identificados en estudios de laboratorio como inhibidores de la entrada celular del SARS-CoV-2 tenían un impacto en el riesgo de COVID-19. Estos fármacos fueron etravirina –un antirretroviral del tipo ITI-NN–, dolutegravir y raltegravir. Estos dos últimos son del tipo de medicamentos conocidos como inhibidores de la integrasa del VIH, y pertenecen a las más recientes generaciones de antirretrovirales.
Los hallazgos
Según informa el sitio web Aidsmap.com, especializado en temas de VIH, la cohorte AGEhIV consistió en 239 personas que viven con VIH y mayores de 45 años, con una edad promedio de 62 años. Ellas fueron seguidas entre septiembre de 2020 y abril de 2021 para determinar la incidencia de SARS-CoV-2 y la hospitalización debido a COVID-19. Los participantes habían vivido con VIH durante un promedio de 21 años, todos excepto uno tenían bien controlada la infección por VIH y su sistema inmunológico se encontraba en buen estado. Durante el período de seguimiento, 29 de las 239 personas adquirieron SARS-CoV-2.
Después de tomar en cuenta la edad, el sexo, la etnia, las enfermedades, la cantidad de VIH en sangre (carga viral), el estado del sistema inmunológico y el historial de sida, los investigadores no encontraron una reducción en el riesgo de infección por SARS-CoV-2 ni de COVID-19 grave asociado con ningún antirretroviral en esa cohorte.
Por otra parte, la cohorte ATHENA incluye al 98% de todas las personas con VIH en los Países Bajos. Hubo 2 mil 189 participantes que fueron diagnosticados con COVID-19 mientras recibían tratamiento antirretroviral. Su edad promedio era de 50 años, habían vivido con VIH durante un promedio de 12 años, su sistema inmunológico estaba en buen estado y el 98% tenía la infección por VIH bien controlada. Se diagnosticó COVID-19 grave en 158 personas; de éstas, 29 fallecieron.
El riesgo de COVID-19 grave fue mayor en las personas de mayor edad, en aquellas de etnia no blanca, en personas con más comorbilidades y en aquellas que habían vivido con el VIH durante más tiempo. Las personas diagnosticadas con COVID-19 grave tenían un recuento más bajo de células inmunológicas y eran más propensas a estar tomando un antirretroviral de tipo inhibidor de proteasa.
Sin embargo, después de ajustar los factores de riesgo, los investigadores no encontraron ninguna asociación entre ningún medicamento antirretroviral y un menor o mayor riesgo de adquirir el SARS-CoV-2 o COVID-19 grave.
No todo está dicho
Los hallazgos discrepan con un estudio español, publicado en 2022, que encontró que el TDF estaba asociado con un menor riesgo de hospitalización por COVID-19 grave en personas con VIH mayores de 50 años.
También contradicen los resultados de un estudio estadunidense que mostró un menor riesgo de COVID-19 sintomático o grave en personas que tomaba TDF. Esa investigación sugirió que, en hombres que viven con VIH, el tratamiento con TDF podría brindar protección contra eventos relacionados con el COVID-19, aunque reconoce que se necesitan más ensayos para investigar la efectividad del TDF como prevención o tratamiento temprano del COVID-19 en la población general.
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