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Antes de que se crearan los tratamientos antirretrovirales, los niños y niñas que nacían con el VIH tenían como máxima esperanza de vida los tres años. Por fortuna, hoy en día los medicamentos hacen que vivan vidas largas y con buena calidad, casi iguales a las de personas de su misma edad pero que no tienen el VIH.

¿Cómo llega el virus en la infancia?

Una de las principales causas por las que una niña o un niño pequeños viven con el VIH es porque lo adquirieron de su madre, durante el embarazo. Es por esto que en los años recientes se insiste tanto en hacer pruebas de detección a las mujeres embarazadas, para poder dar tratamiento adecuado para evitar que el virus pase al feto.

Cuando, por alguna razón, la madre no se hace una prueba de detección o no puede seguir tomando el tratamiento antirretroviral (lo interrumpe), es en ese momento en que el futuro bebé queda expuesto al tener el VIH.

Sin embargo, también hay otros casos muy lamentables en que un niño o niña adquiere el VIH a través de la violación sexual por parte de una persona que ya tiene el virus.

En cualquier caso, lo más importante es que el VIH sea detectado de manera temprana para que así se comience cuanto antes el tratamiento antirretroviral, y el sistema inmunológico no se vea afectado.

Adolescentes, un grupo clave

La población adolescente es aquella que está entre los 13 y los 19 años de edad. Actualmente, las y los adolescentes que viven con VIH lo adquirieron, en su mayoría, de sus madres, durante el embarazo.

Pero en este caso, la vía de transmisión sexual también juega un papel importante. Por un lado, persiste el mismo factor de la violencia sexual, que bien puede ser ejercida contra hombres o contra mujeres, ya sea mediante el uso de la fuerza o por la presión psicológica.

Por el otro lado, se trata de un rango de edad en el que muchas personas inician su actividad sexual de forma voluntaria, además de comenzar el consumo de sustancias como el alcohol y algunas otras drogas, lo cual los puede llevar a prácticas sexuales de riesgo cuando están bajo los efectos de dicho consumo.

Un tratamiento particular

Los medicamentos antirretrovirales deben ser suministrados a todas las personas con VIH, incluyendo niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, no todos los fármacos que existen tienen una formulación pediátrica, esto es, especial para infantes.

Las formulaciones especialmente dedicadas a menores suelen tener una concentración distinta y, sobre todo, una presentación más fácil de tomar, por ejemplo, evitando los comprimidos y ofreciendo suspensiones o tabletas que se diluyen en agua.

Pero a esto hay que sumar que los niños y niñas ven afectado su crecimiento por diferentes factores, por lo que las dosis de medicamentos y el tratamiento en general deben ser ajustados según cada persona, y por lo general están más determinados por su peso corporal que por su edad.

El reto de la adherencia

Otro de los obstáculos a superar en estos casos es la adherencia correcta al tratamiento. La adherencia (también llamada apego) se refiere a tomar los medicamentos exactamente como fueron prescritos, en tiempo y forma. Si para un adulto es complicado cumplir con esa adherencia, para un menor puede ser más difícil todavía.

Lo importante es mirar con atención y buscar la causa por la que al niño o niña le cuesta apegarse a su tratamiento. Por ejemplo, puede evitar tomarlo si el fármaco tiene un sabor que le desagrada.

En el caso de las y los adolescentes el problema puede estar más relacionado con su salud mental, pues el estigma que rodea al VIH podría provocar que el joven no quiera tomar su medicamento cuando está en compañía de sus amigos, por ejemplo, por temor a tener que explicar que vive con el VIH.

En el ámbito de la adherencia al tratamiento, las y los menores suelen necesitar el apoyo de su familia o de alguna figura cuidadora que esté atenta a aspectos como el horario de toma de los medicamentos, o bien, los efectos secundarios de éstos, para que no sean un obstáculo para que el niño, niña o adolescente siga su tratamiento como es debido.

Si tú eres esa figura de autoridad y tienes alguna duda sobre el tratamiento contra el VIH, acude con tu equipo de salud.

Por otro lado, si todavía no tienes un diagnóstico de VIH pero quieres salir de la duda, en AHF Panamá podemos atenderte. Realizamos pruebas de VIH gratis, escríbenos por Whatsapp y agenda tu cita.

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