El consumo de alcohol es una constante en casi todos los eventos sociales. Incluso durante la actual pandemia, aunque el contacto físico ha estado restringido, algunas personas crearon reuniones virtuales donde cada quien tomaba su bebida favorita sin exponerse a un contagio.
Ya sea presencial o virtual, durante la temporada festiva de fin de año que se acerca, es importante que las personas con VIH tengan información clara sobre cuándo y cómo pueden consumir alcohol de forma segura.
¿Cómo afecta a las personas con VIH?
Según el sitio web aidsmap.com, algunos estudios han mostrado que el alcohol puede ser más dañino para personas con VIH que para la población sin este virus. Esto se debe a dos razones principales: una, el alcohol puede dañar el hígado, que es el órgano donde se procesan los medicamentos antirretrovirales, y la otra, el efecto del alcohol en exceso puede hacer que la persona no tome sus medicamentos de forma correcta y/o a tiempo.
Es importante señalar que el alcohol no interfiere con la acción de los medicamentos antirretrovirales, pero sí tiene interacciones negativas con fármacos para otras enfermedades, como algunos antibióticos, medicamentos contra la tuberculosis o algunos antidepresivos y sedantes, según lo señala este portal especializado.
Por otro lado, se ha visto que las personas con VIH en tratamiento presentan niveles más altos de alcohol en la sangre que quienes no tienen VIH, y aquellas personas con VIH que no toman antirretrovirales registran niveles todavía más altos que los dos grupos anteriores.
Además, cuando una persona con VIH tiene también hepatitis B o C, el alcohol puede empeorar el daño en el hígado y elevar las grasas en sangre (como el colesterol) que ya de por sí tienden a subir con algunos medicamentos antirretrovirales.
Finalmente, algo tan básico como beber de más y vomitar dentro de la primera hora después de haber tomado los antirretrovirales hará necesario repetir la dosis.
¿Cuánto se puede consumir?
Las autoridades de salud del Reino Unido han desarrollado una guía práctica para un consumo seguro de alcohol. Señala la importancia limitar las unidades de alcohol que una persona toma por semana, para mantenerse libre de las consecuencias negativas de beber en exceso.
Según esta guía, es saludable tomar 14 unidades de alcohol por semana, pero el medir una unidad no es tan sencillo. Según la bebida que se tome, una unidad de alcohol equivaldría a:
- 246 ml de cerveza
- Media copa de vino (una copa tiene 175 ml)
El cálculo tanto de unidades de alcohol como de calorías por cada bebida puede obtenerse mediante este formulario.
Pero quizás la recomendación principal es distribuir el consumo de alcohol a lo largo de la semana. Es decir, beber una copa de vino tinto 6 días a la semana es mejor (y más saludable) que beber las 6 copas juntas una noche de sábado.
Ya que se han encontrado algunas susceptibilidades especiales en personas con VIH, es mejor controlar la cantidad de alcohol para no acarrear problemas a largo plazo.
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