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Si has recibido un diagnóstico de VIH recientemente, tu cabeza podría estar revuelta tratando de organizar las ideas. Desde la primera impresión, la preocupación y el temor hasta el enojo o la tristeza, todos son sentimientos válidos. Pero hay que dejar que pasen y seguir adelante.

El inicio del tratamiento antirretroviral tan pronto como sea posible es clave para mejorar y mantener tu salud de aquí en adelante. Para iniciarlo, deberás acudir al servicio de salud que te corresponda y enrolarte en todas las áreas que formarán parte de tu cuidado. La atención médica es fundamental, pero también hay mucho que tú puedes hacer día con día para vivir bien con el VIH.

Los primeros pasos

El portal web Be in the know, especializado en VIH, hizo una selección de tareas que puedes proponerte cumplir para asegurar un buen autocuidado. Ya sea que las pongas a manera de lista en un lugar visible o que sólo las tengas en la mente (aunque esto, quizás, aportaría más pensamientos a lo que ya de por sí parece sobrepasado), recuerda cada día que, mientras más de ellas cumplas, mejor te sentirás.

Lo primero y más importante es tomar tu tratamiento. Comenzar el tratamiento antirretroviral lo antes posible (empezando por buscar atención médica cuanto antes) es el primer paso para cuidar de ti.

Es muy importante que tomes tu tratamiento para el VIH conforme te lo hayan recetado, lo cual generalmente significa todos los días a la misma hora. Si no lo haces, es posible que tu medicación no funcione correctamente.

El siguiente paso es algo que todas las personas deberíamos hacer: comer de manera saludable. Todo será mejor si llevas una dieta equilibrada, sin demasiada grasa, azúcar o sal, que por lo general se encuentran en alimentos procesados.

Si tienes bajo peso, sobrepeso, tienes un problema frecuente como malestar estomacal regular o efectos secundarios del tratamiento que hacen más difícil tu alimentación, pide ayuda a tu equipo médico.

Cambia las cosas para bien

Quizás este es un buen momento para empezar con mejores hábitos. Por ejemplo, haz ejercicio regularmente y duerme bien. Mantener la actividad física construye músculo, quema grasa y mantiene tus huesos fuertes y tu corazón saludable. Además, es una muy buena manera de contrarrestar el estrés y la depresión.

Evita recurrir a sustancias para mejorar tu estado emocional. Por ejemplo, no bebas demasiado ni tomes drogas en exceso. Beber demasiado alcohol o tomar demasiadas drogas recreativas no es bueno para la salud de nadie; tampoco para ti. Estas sustancias debilitan tu sistema inmunológico, que ya de por sí está en la mira del VIH.

Además, si te emborrachas o usas drogas, esto podría hacer que olvides tomar tu medicamento para el VIH, y esto puede provocar que sea menos efectivo.

Si estás en tratamiento para el VIH, es posible que tengas efectos secundarios por el consumo de alcohol o de drogas recreativas. Si estás en esta situación, lo mejor será tener una conversación honesta con algún profesional de la salud.

Por otro lado, si fumas, intenta dejarlo. Varios estudios han demostrado que las personas que viven con VIH tienen un mayor riesgo de enfermedades cardiacas y pulmonares. Si quieres dejarlo, tu equipo de salud puede apoyarte en eso.

Cuídate y vive mejor

Cuidar tu salud mental es tan importante como cuidar tu cuerpo. Si sientes agobio, frustración o falta de motivación, puedes acudir a tu equipo de atención de la salud para que te canalice con un especialista, o bien, acercarte a los grupos de apoyo mutuo que con frecuencia se encuentran en los servicios de VIH. De esta manera, puedes compartir tu sentir con otras personas que han pasado por lo mismo que tú.

De vuelta a la salud física, es importante que cuides de tu boca y tu dentadura. Los problemas dentales pueden ser comunes en personas que viven con VIH. Si tu sistema inmunológico se debilita, esto puede contribuir a problemas de salud oral. Además, los efectos secundarios de algunos tratamientos para el VIH pueden causar problemas en la boca.

Cepillarte regularmente, usar hilo dental y visitar a tu dentista puede ayudar con esto.

Recuerda que las personas con VIH tienen el poder de decisión en el cuidado de su propia salud. Si cambias pequeñas cosas y te apoyas en el equipo médico, tu calidad de vida mejorará y vivir con el virus será más sencillo.

Si tienes un diagnóstico de VIH y todavía no inicias tu tratamiento, o si lo suspendiste y quieres retomarlo, en AFH Panamá podemos ayudarte. Acércate a nuestras oficinas o escríbenos por Whatsapp y haz una cita ya.

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