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La atención médica debe ser integral para quienes viven con VIH. En el caso de las mujeres con VIH, las revisiones ginecológicas son cruciales para mantener una buena salud, a la par del tratamiento antirretroviral.

Incluso para aquellas mujeres que no tienen el VIH, a veces es complicado darle seguimiento a su salud sexual y reproductiva, debido al rol de cuidadoras que suelen cumplir dentro de las familias, lo cual les deja poco tiempo para el autocuidado. Pero ya sea con o sin el virus, las revisiones ginecológicas periódicas deberían ser una prioridad.

Exámenes básicos

La primera revisión completa que debe hacer un especialista en ginecología debería llevarse a cabo justo después del diagnóstico de VIH. Ese también sería el momento de buscar otras infecciones de transmisión sexual (ITS) que pudieran mostrar síntomas evidentes, para así dar tratamiento.

En esa primera revisión se debe hacer una prueba de Papanicolau para verificar que no haya cambios en las células del cérvix que pudieran indicar riesgo de cáncer cervicouterino. Así lo explica el sitio web The Wellness Project, que difunde información para mujeres que viven con el VIH.

Si no se encuentran alteraciones, el siguiente Papanicolau puede esperar hasta 12 meses, pero será tu médico quien fije una nueva fecha para el examen.

Además, hay otro virus que debe mantenerse monitoreado de cerca: el virus del papiloma humano (VPH), para lo cual podrían realizarte pruebas de detección específicas, las cuales son más precisas que los cambios físicos que mide el Papanicolau.

Cabe decir que, en el caso particular de las personas que nacieron con el VIH, éstas son más propensas a tener los tipos de VPH más peligrosos en cuanto a que pueden causar cáncer. Si este es tu caso, tu equipo médico podría recomendarte pruebas de detección más frecuentes o a más temprana edad de las que se hacen a la población general.

En el consultorio

En la cita ginecológica, puedes esperar que el especialista te realice ciertas exploraciones físicas de rutina. Es posible que haya una enfermera u otro asistente presente, para asegurarse de que las exploraciones se lleven a cabo de manera profesional y sin incomodarte.

Una de las pruebas que te realizarán es el examen de los pechos, donde se busca identificar bultos, masas o protuberancias que pudieran ser malignas o indicar cáncer de mama. Esta exploración no sustituye la mastografía, que se recomienda a partir de los 40 o 45 años como una prueba anual.

El siguiente paso es la revisión pélvica. Ésta es la exploración donde el especialista inserta una herramienta, llamada espéculo, para abrir las paredes de tu vagina. Luego insertará un hisopo o un cepillo pequeño para obtener una muestra de células del cérvix, además de observar el aspecto de la mucosa vaginal.

Un segundo tipo de examen pélvico es aquel que se realiza a dos manos, sin el espéculo. Para revisarte, el médico introducirá dos dedos en tu vagina y los presionará hacia arriba, mientras con su otra mano presiona hacia abajo sobre tu abdomen. Esto le permite palpar los ovarios y el útero y verificar que no haya dolor.

Para algunas mujeres, estos dos tipos de examen pélvico pueden ser incómodos en lo físico y en lo psicológico. Si te sientes así, no dudes en pedir una especialista mujer si eso te hace sentir más cómoda; si no está disponible, tal vez puedan reagendar tu cita para que seas atendida por la especialista que prefieres.

Cuida tu salud sexual

Además de las revisiones físicas, la consulta también es una oportunidad para que expreses tus dudas o peticiones en cuanto a tu salud sexual. Por ejemplo, puedes preguntar sobre las vacunas que podrías recibir, como las de la hepatitis A, la hepatitis B y el VPH (si aún no la tienes).

De igual forma, puedes plantear problemas como la incontinencia de orina, los métodos anticonceptivos o los posibles cambios en tu periodo menstrual. La atención ginecológica, y médica en general, busca el bienestar de la persona, por lo que deberías poder hablar de lo que te inquieta y preguntar por las soluciones.

Recuerda que el bienestar de quienes viven con VIH empieza por el tratamiento antirretroviral, así que si ya tienes un diagnóstico pero no has comenzado tu tratamiento, o si lo suspendiste y quieres retomarlo, en AHF Panamá podemos ayudarte a obtenerlo. Acércate a nuestras oficinas o escríbenos por Whatsapp y haz tu cita ya.

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