Los diagnósticos de cáncer anal en hombres de 50 años o más aumentaron durante la última década en Estados Unidos, y aquellos estados donde se reportan más casos de sida mostraron también una mayor frecuencia de cáncer anal, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Journal of Clinical Oncology.
Según el equipo de investigación, esto sugiere que las desigualdades estructurales que llevan a diagnósticos tardíos de VIH, así como el acceso deficiente a la atención y el diagnóstico de sida (la etapa más grave de la infección por VIH) contribuyen a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de ano en los hombres que habitan en ciertas regiones de Estados Unidos.
En el caso de las mujeres, las tasas de cáncer anal están estrechamente relacionadas con el consumo de tabaco, pero no con el sida, indica el estudio, que fue retomado por el portal especializado Aidsmap.com.
La relación entre VIH y cáncer anal
Estos resultados contrastan con otro estudio publicado recientemente y que se realizó en población de los Países Bajos, el cual mostró que los diagnósticos de cáncer anal en hombres gays y bisexuales que viven con VIH han disminuido desde 2013.
En ese país europeo, las pruebas de detección se asociaron con una mejor tasa de supervivencia después de un diagnóstico de cáncer anal. Las clínicas neerlandesas de VIH comenzaron desde 2007 a hacer pruebas en hombres gays y bisexuales con el virus para detectar lesiones anales precancerosas, aunque ese tamizaje no es universal.
El cáncer anal se ha convertido en el más común de los cánceres no definitorios de sida, es decir, aquellos que no se relacionan con la etapa más grave de la infección por VIH, además de que hay evidencia de que la supresión del sistema inmunológico relacionada con el VIH aumenta el riesgo de desarrollar cáncer anal.
Por esto, investigadores de la Universidad Médica de Carolina del Sur decidieron investigar los factores asociados con el cáncer de ano en Estados Unidos. Utilizando los datos de la Estadística de Cáncer de EE. UU. y las bases de datos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, los científicos buscaron estimar el nivel estatal de incidencia del cáncer anal y las muertes derivadas de él. Para ello, compararon los periodos de 2001 a 2005 y de 2014 a 2018, y determinaron la correlación del cáncer anal con dos variables: el hábito de fumar y la incidencia de sida a nivel estatal.
El papel de las desigualdades
Según lo hallado en la investigación, la incidencia de cáncer anal aumentó 46% en general en el periodo 2014-2018 comparado con el lapso 2001-2005, y el aumento fue de 63% si se observaba sólo a la población de 50 años o más.
Sin importar la edad, el mayor incremento en la incidencia de cáncer ocurrió en los estados del Medio Oeste y del Sureste. El aumento en la incidencia de cáncer en los estados de estas regiones fue aún más pronunciado en hombres y mujeres de 50 años o más.
En contraste, en el país en general, la incidencia de cáncer anal en hombres de menos de 50 años disminuyó de manera significativa, y a nivel estatal tuvo importantes reducciones en California, Nueva Jersey, Florida, Illinos y Colorado.
Por otro lado, las muertes debidas al cáncer anal se duplicaron en ocho estados de las regiones del Medio Oeste y el Sureste.
Se observó que la incidencia de este cáncer se relacionó con la prevalencia de sida en hombres, pero no en mujeres, de modo que los autores del estudio sugieren que las barreras en la atención del VIH llevan a diagnósticos tardíos y una mayor incidencia de sida. Esto podría explicar la mayor incidencia de cáncer anal, en especial en hombres jóvenes de los estados sureños.
Cabe mencionar que casi todos los casos de cáncer anal son causados por el Virus del Papiloma Humano (VPH), por lo que vacunarse contra este virus es una estrategia muy efectiva para prevenir el cáncer anal y de cuello del útero.
Sin embargo, los investigadores advierten que los estados con la mayor incidencia de cáncer anal tienen algunas de las tasas más bajas de vacunación contra el VPH, así como altos niveles de rechazo de los padres de adolescentes a la vacuna. Esta situación, afirman requiere grandes esfuerzos para mejorar las tasas de inmunización contra VPH y reducir las disparidades geográficas en este rubro.
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