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Utilizar un lenguaje centrado en la persona en la investigación científica, y no sólo al dirigirse a las personas que viven con VIH, ayudaría a disminuir el estigma relacionado con la infección.

A 40 años de la pandemia, está claro que el lenguaje para referirse a ella es de mucha importancia para combatir los prejuicios y estereotipos que se han formado en torno a las poblaciones más vulnerables ante el VIH, como los hombres que tienen sexo con hombres, las trabajadoras sexuales y las personas que usan drogas inyectables.

Sin embargo, las investigaciones científicas que abordan el VIH y todos los factores involucrados con él, tanto médicos como sociales, que se relacionan con el virus, por lo general utilizan vocabulario discriminatorio o estigmatizante.

Este entorno adverso es importante porque disminuye la intención de las personas de hacerse una prueba de detección de VIH, pues tienen demasiado temor de recibir un resultado positivo y entonces pasar a formar parte de las poblaciones estigmatizadas.

El poder de las palabras

De acuerdo con lo publicado por el Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt-VIH), usar el lenguaje centrado en la persona puede ser una forma válida de abordar el estigma causado por el virus.

Así lo demuestra un estudio recientemente incluido en la revista especializada Sexually Transmitted Infections, donde los investigadores observaron que mencionar explícitamente a las personas puede contribuir a disminuir el estigma en el trabajo de investigación científica.

Por ejemplo, es preferible decir “personas que usan drogas inyectables” que “usuarios de drogas inyectables”, o bien, evitar las siglas como las que hay en PVVS (personas viviendo con el VIH/sida), o decir “personas con VIH” en lugar de mencionar “personas seropositivas” o “personas VIH/positivas”.

El objetivo de usar de esta forma el vocabulario es que, en todos los casos, se pone a la persona por delante del virus, como una forma de reconocer su condición de personas y no darle prioridad a que tengan ciertas condiciones de salud o a que desarrollen ciertas conductas.

Los científicos, bajo la lupa

Cabe recordar que, en 2015, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) lanzó una guía de términos relacionada con el VIH. Este documento contiene una clara propuesta de uso de un lenguaje adecuado como parte de la respuesta mundial al VIH, pero aun así reconoce que esas directrices podrían evolucionar con el tiempo.

De esta forma, investigadores de Estados Unidos hicieron un rastreo de artículos publicados después de 2015 en revistas médicas, y compiló un total de 237 estudios.

Una vez reunidos, los analizó a la luz del Manual de Estilo de la Asociación Médica Americana (AMA), que es el principal referente para todas aquellas personas que escriben sobre el ámbito de la salud, además de que expresamente propone el uso de un lenguaje centrado en la persona.

Los resultados

El estudio reveló que en los artículos analizados se usaba con mucha frecuencia algunos términos que contradecían las directrices de la AMA, como “infectado por el VIH”, “infectado de sida” (frase que no es clínicamente correcta), “paciente con VIH, etcétera.

Además, al ser un estudio global, los autores descubrieron que existen diferencias en el lenguaje según las zonas geográficas. En Estados Unidos y Canadá, donde el inglés es el idioma principal, se observa que los textos están más conformes con las directrices de la AMA. A la vez, los artículos provenientes de Europa estuvieron menos apegados debido a que usaron en menor proporción el lenguaje centrado en la persona.

Sin embargo, no hay que perder de vista que tanto la guía de la AMA como las revistas científicas de gran renombre están en idioma inglés, por lo que los mismos autores señalaron que es posible que los términos que se usan para hablar de las personas con VIH no puedan ser traducidos de forma literal a otros idiomas.

El reporte señala que el hecho de no usar un lenguaje centrado en la persona podría traducirse en peores resultados en salud y una peor calidad de la atención, ya que el estigma afecta la forma en que las personas se relacionan con su entorno.

Recuerda que para acabar con el estigma hay que tener información confiable y fácil de comprender. Por eso, acércate a AHF Panamá y conoce más acerca de la infección por VIH, y ya de paso, hazte una prueba de detección gratis. Localiza nuestro centro o escríbenos por Whatsapp y agenda tu cita.

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