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La sexualidad se manifiesta en diversas prácticas y preferencias. Una de ellas es el sexo anal, una práctica común y aceptada por muchas personas en su vida sexual, pero que todavía es un tema rodeado de mitos y falsas creencias que pueden afectar, ya sea de manera física o psicológica, a quien lo practica.

Por ello, es importante aportar información precisa y objetiva para desmentir mitos y lograr mantener una salud sexual adecuada. Sigue leyendo y entenderás de forma más clara esta práctica.

Desmitificando conceptos

El sexo anal ha estado rodeado de mitos y conceptos erróneos a lo largo de los años. Uno de los mitos más comunes es la creencia de que esta práctica siempre causa dolor o incomodidad extrema. Respecto a esto, es importante tener en cuenta que cada persona es diferente y que el sexo anal puede ser una experiencia placentera y satisfactoria cuando se realiza de forma consensuada y segura.

Una de las principales dudas es: ¿cuál es la verdadera elasticidad del ano? Debes saber que el ano y el recto están diseñados para expandirse y contraerse de manera natural. Aunque es cierto que en algunos casos puede experimentarse cierta incomodidad al principio, con una adecuada preparación y lubricación, esta sensación se puede minimizar.

Un factor importante a considerar es que, aunque el cuerpo produce cierto lubricante en esa zona, no lo hace en cantidad suficiente para facilitar la penetración. Es por esto que el uso de lubricantes a base de agua o de silicona es fundamental para garantizar una experiencia más cómoda y reducir el riesgo de lesiones.

Temor al daño permanente

Otro mito común es que el sexo anal es una causa de incontinencia fecal a largo plazo. Sin embargo, como lo explicó el cirujano Jonathan Baker al portal TheBody.com, el esfínter anal es mucho más fuerte de lo que se cree. Incluso en personas que suelen tener un papel receptivo en la penetración anal, el esfínter suele mantenerse suficientemente apretado para seguir cumpliendo su función.

Esto significa, aclaró el médico, que una persona sí “puede permitirse” perder un poco de tensión en el esfínter y aun así no llegará a tener problemas de incontinencia. Incluso, afirmó, esta disminución en la tensión del músculo puede ser benéfica, pues hace al área menos propensa a fisuras o desgarros derivados de la penetración.

Si bien muchas personas temen que el ano quede “flojo” luego de tener coito anal regularmente o de introducir objetos muy grandes (como juguetes sexuales de gran tamaño o practicar fisting, esto es, la introducción del puño), los médicos dicen que esto es poco frecuente. Aun así, recomiendan preparar adecuadamente el área a través de la estimulación gradual y conocer tus propios límites.

Entre las sugerencias para realizar prácticas anales con objetos grandes está el hacerlas con una persona experimentada en esa actividad, quien también podría ayudar y orientar sobre cómo llevarlas a cabo de forma segura.

La importancia del consentimiento, la comunicación y la preparación

Al igual que cualquier otra práctica sexual, el consentimiento y la comunicación abierta son fundamentales para garantizar una experiencia positiva y segura en el sexo anal. Ambas partes deben sentirse cómodas y dispuestas a participar en esta actividad. La comunicación antes, durante y después del acto es esencial para asegurarse de que ambas personas estén de acuerdo y disfruten de la experiencia.

En muchos casos, el sexo anal requiere una preparación adecuada. Esto implica la relajación y excitación previa, así como el uso del condón para prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS).

La elección del lubricante es otro aspecto clave para una experiencia cómoda y segura. Los lubricantes a base de agua o de silicona son los recomendados, ya que cumplen bien su función y no dañan el material de los condones. Es importante aplicar suficiente lubricante durante la penetración anal para reducir la fricción y evitar posibles lesiones.

Salud sexual y bienestar general

El cuidado de la salud sexual es esencial para el bienestar general de una persona. Toma en cuenta que el revestimiento rectal es delicado y más propenso a desgarros comparado con el tejido de la vagina. Por esto, el uso de condones y lubricantes es esencial para reducir la posibilidad de lesiones y facilitar la comodidad durante la práctica.

Además, es fundamental que las personas estén al tanto de los síntomas de las ITS y se realicen pruebas periódicas para detectar cualquier infección. El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno son cruciales para evitar complicaciones y proteger la salud sexual.

Si tienes dudas sobre cómo cuidar mejor tu esfínter anal (o el de tu pareja), acude con un médico especialista que pueda resolverlas sin prejuicios de por medio. Y si quieres un espacio seguro para obtener condones y lubricantes, o para realizarte una prueba gratuita de VIH, en AHF América Latina y el Caribe trabajamos para ti. Acércate a nuestras oficinas en tu país o escríbenos por Whatsapp y haz una cita ya.

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