Si eres una persona trans y has decidido someterte a un proceso hormonal para reafirmar tu género, es probable que tengas dudas sobre cómo podría modificarse tu vida sexual, independientemente de los cambios que experimente tu cuerpo.
Es verdad que no todas las personas trans deciden tomar hormonas (y no son “menos trans” por no tomarlas), pero para quienes sí lo hacen sería ideal tener un especialista médico que guíe el procedimiento y que vigile que no haya complicaciones, pues el manejo de estas sustancias es delicado.
Tu cuerpo y la transición
La reafirmación del género con el que vives a través de intervenciones médicas, ya sea quirúrgicas u hormonales, es un proceso que toma tiempo. Hoy en día, a muchas personas trans les gusta documentar los cambios, ya sea para sí mismos en su teléfono celular, o para compartirlo con el mundo en las diversas redes sociales. Esto ha contribuido poco a poco a desmitificar estos procesos y a que aquellas personas interesadas en llevarlos a cabo conozcan mejor lo que pueden esperar.
Aun así, en la mayoría de los países de nuestra región, la reafirmación hormonal de género no es algo que los médicos atiendan con mucha frecuencia. Puede llegar a ser un proceso solitario debido al estigma que todavía pesa sobre él.
Por estas dificultades, que están presentes también en otras partes del mundo, las organizaciones estadunidenses Human Rights Campaign y Whitman-Walker Health difundieron una guía para orientar a las personas trans sobre cómo redescubrir su sexualidad desde la plenitud de sus cuerpos, los cuales no necesariamente deben encajar en un canon establecido.
Esto significa que puedes sentirte y vivir como una mujer y aun así no querer someterte a una cirugía genital para retirar el pene y los testículos, o bien, puedes vivir como todo un hombre y esperar lo necesario para que tu pene crezca gracias a las hormonas masculinas, en lugar de pasar por una cirugía que reconstruya tus genitales.
Lo importante, más que hacer encajar tu cuerpo en el estereotipo biológico, es vivir tu identidad y tu sexualidad de la forma en que a ti te hace sentir mejor.
Mujeres trans y las hormonas femeninas
Los tratamientos hormonales para reafirmar tu género femenino pueden incluir hormonas feminizantes (estrógenos) y bloqueadores de testosterona. Este esquema podría hacer que disminuya tu deseo sexual.
Además, podrías notar que son menos los días que despiertas con una erección, y a la vez, puede que sea más difícil obtener o mantener una erección si estás teniendo excitación sexual.
El tratamiento hormonal también hará disminuir la cantidad de semen que produce tu cuerpo, aunque éste no se eliminará por completo (a menos que te sometas a una cirugía para retirar los testículos).
Para habituarte a esta nueva realidad, los activistas recomiendan redescubrir la masturbación; esto te permitirá identificar qué tipo de estímulo te produce mayor placer, pues podría ser muy distinto de lo que te complacía antes de iniciar el proceso. Esto último es válido también para los hombres trans.
Hombres trans y las hormonas masculinas
Para reafirmar tu género masculino se utilizan dosis de testosterona. Esto podría generar que tu deseo sexual aumente y que tus orgasmos se sientan más intensos.
A la vez, hará más difícil que se genere lubricación en el canal vaginal. Si no sueles involucrar esa parte en tu actividad sexual, no tendrás problema, pero si recibes alguna forma de penetración (por tu pareja o con un juguete), es importante utilizar un gel lubricante para evitar lesiones provocadas por la fricción y la resequedad.
Las hormonas masculinizantes también harán crecer el clítoris. Para cada persona, la proporción es diferente, pero puedes esperar incluso un par de centímetros. Muchos hombres trans consideran que este cambio satisface lo suficiente su deseo de tener un pene sin necesidad de someterse a una cirugía genital.
El tratamiento hormonal también llegará, con el tiempo, a detener los periodos menstruales regulares. Sin embargo, si tuvieras coito con alguien que produzca esperma de manera normal, todavía podría resultar un embarazo (excepto si ya has tenido alguna cirugía para retirar el útero o los ovarios).
Vive libre, vive con más seguridad
Ya seas hombre o mujer trans, apropiarte de tu “nuevo cuerpo” (o de tu cuerpo en transición) implica también cuidarte de las infecciones de transmisión sexual. Cualquier barrera de látex, como los condones internos o externos, los guantes o los diques dentales, es útil para detener el intercambio de fluidos, que es el principal vehículo para las infecciones.
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