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La sexualidad forma parte de la vida humana. Ya sea que la ejerzas con otra persona o no, es un elemento que está ahí, latente, y que puedes ir dosificando si así lo deseas, o bien, dejarte llevar cuando sientas que es seguro hacerlo.

Lamentablemente, la actual pandemia ha puesto al mundo de cabeza y este aspecto de la vida no ha sido la excepción. Pasamos meses evitando el contacto con otras personas y es probable que en cierto momento, en medio de ese encierro, hayas reconsiderado el autoplacer como un recurso totalmente válido para conseguir la satisfacción que brinda el sexo.

La edad es sólo un número

La masturbación ha sido una práctica culturalmente estigmatizada. Si lo hacen personas jóvenes, se mira mal que obtengan placer en solitario, y si lo hacen adultos, se llega a rechazar porque se supone que deberían estar practicando el sexo con otras personas, en lugar de autosatisfacerse.

Pero la realidad es que no son cosas excluyentes. Son experiencias totalmente diferentes ¿no es verdad? Una tiene ventajas que la otra no, y viceversa. Alguien puede tener pareja y aun así masturbarse de vez en cuando, y esto no debería ser condenado ni tampoco debería significar que no encuentra satisfacción en su pareja.

El autoerotismo es, fundamentalmente, una forma de conocer tu cuerpo. Puedes ver mil veces la misma acción en algún video explícito, pero resulta que cuando la imitas no sientes nada, no te gusta. O tal vez encuentres que prefieres esa acción (la que te estés imaginando) más fuerte o más suave, o bajo el agua de la regadera o con tu ropa de por medio.

La masturbación es un descubrimiento constante y no se termina cuando llegas a cierta edad. Al contrario, el cuerpo cambia con los años, y lo que te gustaba en la adolescencia probablemente no sea lo mismo que encuentras placentero a los 50 o 60 años. Es cuestión de seguir explorando y hallar nuevas cosas que te den placer.

Diversión para dos

Satisfacerse a sí mismo no es, tampoco, un placer exclusivamente solitario. Es un arte que se puede practicar también en pareja. Actualmente, la distancia social ha dado pie a usar las plataformas digitales para sesiones de masturbación, ya sea entre parejas que se vieron obligadas a estar separadas o entre personas que quizás nunca lleguen a encontrarse físicamente.

La principal ventaja de la autoestimulación mediante estas tecnologías es la seguridad. Primero, la seguridad de no exponerse a infecciones de ningún tipo, ya sea el coronavirus o el VIH o la cándida o la clamidia o el herpes… Segundo, la seguridad de poder contactar a personas desconocidas pero no arriesgarte a sufrir violencia física, que podría darse en un encuentro personal.

Y tercero, la masturbación vía virtual puede darte la seguridad de proteger tu identidad. Pero cuidado, es importante que tú te hagas cargo de esta protección. ¿Cómo? Usando plataformas que no requieran tus datos personales (como tu número telefónico), no mostrando tu rostro o elementos que te identifiquen (como tatuajes) y realizando la sesión en un espacio sin elementos que revelen quién eres (como la fotografía de tu abuelita colgada en la pared de atrás).

Práctica sin temor

Todo esto no quiere decir que debas masturbarte de tal o cual manera para estar bien. Es fundamental que te sientas cómodo y libre de culpas para poder disfrutar de la experiencia, como tú decidas que sea.

Cuando quieras ponerlo en práctica, prepárate para la ocasión:

  • Lávate las manos
  • Busca un lugar privado y cómodo (¡recuerda asegurar la puerta!)
  • Ten a la mano lo que necesites, desde lubricante hasta algún elemento con el que quisieras estimularte
  • Date tu tiempo y disfruta

En AHF Panamá trabajamos por la salud sexual de todas las personas y por un mundo sin VIH. Conoce nuestros servicios y agenda tu cita. 

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