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El número de trabajadoras sexuales que dan positivo a la prueba de VIH disminuyó en más de dos tercios entre 2008 y 2017, encontraron especialistas de clínicas de prevención y tratamiento para trabajadoras del sexo comercial en Nairobi, la capital de Kenia. Cabe aclarar que en ese país, el trabajo sexual es perseguido por la ley.

No se identificó una intervención o estrategia en particular que pueda explicar estos números, pero las y los investigadores tienen la teoría de que la conciencia sobre el VIH, las pruebas y el tratamiento en esa nación están llegando de manera eficiente a la población de trabajadoras sexuales.

Según información publicada en el portal Aidsmap.com, se realizó un análisis de información recolectada de manera anónima en un total de siete programas enfocados a trabajadoras sexuales, donde participaron más de 33 mil 500 mujeres. Las clínicas que atienden a esta población tienen el apoyo de otras trabajadoras sexuales, y a todas las usuarias se les ofrece una prueba de VIH al ingresar.

El porcentaje global de trabajadoras sexuales que resultaron positivas al VIH descendió de 44% en 2008 a 12% en 2017, es decir, un 67% de reducción en la prevalencia. La tendencia a la baja se observó en todos los grupos de edad.

En especial, la prevalencia en el grupo de mujeres menores de 25 años de edad era usada como estimación del número de nuevas infecciones, ya que encuestas nacionales previas sugerían que este grupo de edad era responsable de la mayoría de las nuevas infecciones. En dicho grupo, los diagnósticos positivos subieron de 14% a 19% en 2010, pero después se redujeron a 5% para 2017, lo cual puede estar relacionado con la disminución en el número de casos nuevos de VIH.

Las dos principales estrategias usadas para prevenir el VIH son las pruebas y el uso del condón. Por ejemplo, en 2008, las mujeres que resultaban positivas a la prueba en la clínica se habían realizado antes una prueba en 50% de los casos, mientras que en 2017 alcanzaban 95%, lo cual muestra que más mujeres están realizándose pruebas para detectar el virus.

Por otro lado, el uso del condón aumentó significativamente tanto con las parejas regulares como con las casuales. De las trabajadoras sexuales sin VIH y con parejas regulares en 2008, sólo 11% reportó usar condón todo el tiempo, pero para 2017 esta cifra había subido a 75%.

Sin embargo, el equipo de investigadores señala que dado el riesgo permanente de VIH que enfrentan las trabajadoras sexuales, aun con estas cifras menores, es importante seguir realizando estrategias para continuar reduciendo las tasas de VIH.

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