En la vida hay dos puntos dentro de las relaciones que son la necesidad y el deseo. El primero es un reflejo de baja autoestima, carencias y tristezas, mientras que el segundo es totalmente desinteresado.
“Cuando se necesita es que yo estoy esperando algo que no estoy dispuesto a dar en la misma medida”, explica el Dr. Argentino Michael Meir.
Con el tiempo la necesidad pasa a convertirse en apegos. Apegos que son el reflejo de patrones existentes desde la infancia, los que en la vida adulta se intentan llenar con acciones que al final producen desagrado y sentimientos de sufrimiento.
Desde el punto de vista psicológico, este comportamiento es una conducta patológica, en la que el sexo es el centro de atención, ya que las personas se apegan a las sensaciones adictivas que experimentan con la práctica.
Cuando el sexo se convierte en una adicción, la persona adopta un comportamiento imprudente que repercute afectando en su salud, debido a la exposición constante a infecciones de transmisión sexual como el VIH y demás.
También le afecta como persona, porque su autoestima y confianza no está al nivel que le permita convencerle de que es suficiente para otra persona, al igual que afecta su entorno al experimentar la ansiedad y depresión se puede distanciar socialmente, es decir que su dependencia lo convierte en una persona disfuncional.
Círculo vicioso
Esta conducta es repetitiva, pasando del clímax al malestar de no tenerlo cuando quiere, lo que provoca sentimientos de tristeza, aquí los patrones de conducta influyen en gran parte la autoestima.
“Esas pequeñas cosas que traes en el inconsciente de ti y sobre ti son las que afectan tu autoconcepto, son las que te hacen pensar que no vas a ser suficiente para nadie”, señala la psicóloga y sexóloga Gabriela Ornelas en su contenido web.
Es importante tener claro lo que se siente y piensa de uno mismo. Evitar siempre darle cabida a los pensamientos negativos que causan autosabotaje, y alimentar lo que se siente por uno mismo porque así será el resultado de nuestra autoestima, que es la raíz de todos los apegos.
Para cambiar la situación se recomienda entender y reconocer el comportamiento que se está desarrollando y buscar la ayuda especializada que se requiere.
Además, es importante poder expresar ya sea con la pareja o compañero eventual los aspectos positivos y negativos, porque de acuerdo con los psicólogos cada cosa que no se habla, son resentimientos que se crean.
Nadie puede ayudar a la persona si ella misma no reconoce su patología, la madurez implica evolución y tener como objetivo el desarrollo de la inteligencia emocional propia, para lograr vencer las dependencias
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