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Invertir recursos de prevención y atención del VIH en las poblaciones más afectadas elevaría la calidad de vida y podría bajar los costos durante 20 años, de acuerdo con un estudio de costo-efectividad publicado en la revista especializada Lancet HIV.

La investigación incluyó a seis ciudades de Estados Unidos, un país donde las diferencias raciales y étnicas están muy arraigadas y afectan, principalmente, a las poblaciones negras e hispanohablantes.

Es así que en 2018, el 64% de las personas que vivían con VIH en Estados Unidos eran blancas o hispanas, aunque estos grupos representan solamente el 31% de la población total del país, reporta el sitio web especializado aidsmap.com

La equidad da mejores resultados

El modelo del estudio simuló los resultados de salud en las personas más vulnerables al VIH a lo largo de las etapas de infección, diagnóstico, tratamiento antirretroviral y posible abandono del tratamiento. Se consideró a personas entre los 15 y 64 años de edad, divididos en grupos por sexo biológico, grupo en riesgo por VIH, etnicidad o raza, y si tenían comportamientos de riesgo o no.

Las ciudades incluidas en la investigación fueron Atlanta, Baltimore, Los Ángeles, Miami, Nueva York y Seattle. Los especialistas compararon el costo-beneficio de invertir de dos maneras: una, de forma proporcional a la cantidad de población general (a más población, más recursos), y dos, con enfoque de equidad, es decir, invirtiendo más en los grupos más afectados.

En cuanto al impacto en la salud, los dos enfoques de inversión mostraron mejoras en el número de años de vida ajustados por calidad, o QALY, que es una medida estadística que equivale a un año en perfecto estado de salud. Sin embargo, la inversión con enfoque de equidad aumentó más este dato que el enfoque proporcional.

Por ejemplo, para la gente negra en Seattle, el enfoque de equidad generó 45% más QALY que el enfoque proporcional, mientras que para la población hispana, el QALY se incrementó 99% en Seattle y 428% en Baltimore usando el enfoque de equidad comparado con el proporcional.

En cuanto a la costo-efectividad de la atención en las ciudades de Seattle y Baltimore, el enfoque de equidad tendría un menor costo que el enfoque proporcional, ahorrando 23 millones y 245 millones de dólares, respectivamente.

El estudio también analizó lo que sucedería con la incidencia del VIH. En todas las ciudades, la incidencia prevista para 2030 se redujo bajo el enfoque de equidad, comparado con el abordaje que se hace actualmente de la epidemia. En Baltimore, por ejemplo, la incidencia se reduciría 81% para la fecha mencionada.

El equipo de investigación concluyó que un enfoque de equidad puede ahorrar costos a largo plazo, con un estimado de 1 billón 66 mil millones de dólares para las seis ciudades en 20 años, sin ningún costo extra para implementar el enfoque de equidad.

Con estos hallazgos, el estudio hace un llamado a la acción para abordar las desigualdades raciales y étnicas con el objetivo de terminar con la pandemia de VIH, aportando un argumento financiero que a veces se requiere en la abogacía con los gobiernos.

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