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Las personas con VIH pueden experimentar enfermedades reumáticas de manera particular, lo cual afecta sus articulaciones y músculos. Estos trastornos pueden ser causados por el propio virus, pero también podrían deberse a otras causas.

El Colegio Americano de Reumatología (ACR, por sus siglas en inglés) señala que las enfermedades reumáticas pueden afectar a cualquier persona con VIH, pero que son más frecuentes entre los 20 y los 40 años de edad.

Por fortuna, cuando estas enfermedades son ocasionadas por el VIH, disminuyen conforme se controla la infección mediante los tratamientos antirretrovirales. Sin embargo, también pueden estar relacionadas con algunos medicamentos contra el VIH o con enfermedades de los huesos que se asocian al tratamiento.

Aparecen antes del diagnóstico

De acuerdo con el ACR, las enfermedades de articulaciones, músculos y huesos son frecuentes en las personas con VIH. Entre ellas destacan el dolor articular, la artritis, el dolor muscular, la debilidad y el cansancio.

Además, la institución señala que, muchas veces, los síntomas de enfermedad reumática se manifiestan antes de haber diagnosticado el VIH, por lo que algunos médicos pueden sospechar de la presencia del virus si una persona con prácticas de riesgo manifiesta dolor en las articulaciones y/o en los músculos.

Además de las enfermedades mencionadas arriba, la infección por VIH también puede provocar:

  • Infecciones en las articulaciones, músculos o huesos
  • Artritis psoriásica (una afectación de las articulaciones relacionada con la psoriasis)
  • Artritis reactiva (causada por alguna infección en otra parte del cuerpo)
  • Inflamación de los músculos
  • Fibromialgia (problema neurológico que causa sensibilidad y dolor al tacto)
  • Inflamación de los vasos sanguíneos

Por otra parte, cuando ya se está tomando el tratamiento contra el VIH, algunos fármacos antirretrovirales tienen efectos sobre los huesos, músculos y articulaciones, lo cual puede causar:

  • Gota (artritis gotosa)
  • Inflamación de la raíz de los tendones, principalmente en manos, muñecas y pies
  • Enfermedad muscular
  • Osteonecrosis (muerte del tejido óseo)
  • Osteoporosis
  • Lipodistrofia (distribución anormal de la grasa corporal

No sólo el virus y su tratamiento pueden afectar negativamente el sistema musculoesquelético. También hay que considerar otros virus o bacterias como un posible factor en el surgimiento de problemas de este tipo.

Medidas de prevención

La buena noticia es que llevar adecuadamente tu tratamiento antirretroviral suele evitar la aparición de las enfermedades reumáticas en la mayoría de las personas con VIH, y en caso de que aparezcan, tienden a ser menos graves. Esto significa que se pueden tratar con una combinación estándar de medicamentos para el dolor y para la inflamación, los cuales logran controlar bien los síntomas.

Cabe mencionar que las afectaciones de este tipo causan molestias, debilidad muscular y disminución de las funciones motoras, lo cual implica que el movimiento de determinada extremidad o articulación se ven disminuidos.

Por esto, el ACR recomienda apegarse al tratamiento antirretroviral, llevar una dieta equilibrada y saludable y hacer ejercicio regularmente.

En caso de que estés experimentando molestias en huesos, articulaciones o músculos, es muy importante que lo comentes con tu equipo de atención médica, ellos sabrán si esto se debe a la infección por VIH, a algún medicamento antirretroviral o a otro posible microbio en tu organismo.

Y recuerda que, aunque los tratamientos antirretrovirales mejoraron de forma radical la expectativa y calidad de vida de las personas con VIH, no hay nada mejor que la prevención y la detección temprana del virus. Por eso, en AHF Panamá trabajamos para que la mayor cantidad de personas conozca su estatus serológico. Acércate a nuestras oficinas y solicita tu prueba de VIH gratuita.

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