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Los niveles de colesterol son uno de los indicadores que los médicos revisan para conocer más sobre el estado de salud de una persona. En quienes viven con VIH, esta sustancia es especialmente importante, pues les afecta de manera distinta que a la población general.

El colesterol es relevante porque demasiado de él en el cuerpo puede llevar a problemas serios del sistema circulatorio y del corazón.

El vínculo entre colesterol alto y VIH

La propia infección por el VIH provoca que el sistema inmunológico esté permanentemente luchando contra el virus, lo cual lleva a un proceso de inflamación crónica, que a su vez está ligado a la acumulación de placa en las arterias (que contiene grasa, colesterol y otras sustancias). Esta placa, llamada placa de ateroma, aumenta el riesgo de un ataque al corazón.

Es más, de acuerdo con el portal WebMD.com, si vives con VIH, el riesgo de tener enfermedad del corazón y un accidente cerebrovascular es entre 1.5 y 2 veces mayor que en personas que no tienen el virus.

Por otro lado, aunque todavía no está completamente claro por qué, parece que algunos de los tratamientos antirretrovirales, los cuales mantienen el VIH bajo control, podrían estar causando un aumento en los niveles de colesterol. 

Esto último se ha observado con más frecuencia en los años recientes, ya que cada vez más personas con VIH están llegando a la tercera edad, por lo que es posible comparar las enfermedades asociadas con la edad avanzada de las personas con y sin el VIH. Es por esto que la investigación sobre el tema no ha avanzado tanto como debería.

Identifícalo y trátalo

Los niveles altos de colesterol, por lo general, no producen síntomas, por lo que la única forma de saber si tienes mayor cantidad de la normal es a través de un examen de sangre.

Es recomendable que se mida el colesterol antes de iniciar la terapia antirretroviral (o antes de comenzar un nuevo esquema) y después hacer mediciones periódicas para observar sus variaciones. Si en esa primera medición el colesterol es alto, el médico te recomendará cambiar tus hábitos y te prescribirá medicamentos para bajar el nivel. Si esto sucede, será necesario monitorear más de cerca esta sustancia.

El medicamento usado para disminuir los niveles de colesterol son las estatinas, que actúan bloqueando la sustancia que el cuerpo utiliza para fabricar el colesterol. Hay estudios que sugieren que las personas con VIH que toman estatinas tienen un mejor perfil de lípidos (grasas) y logran disminuir su riesgo de muerte.

A la vez, las estatinas tienen un efecto antiinflamatorio, el cual puede ayudar a reducir la inflamación crónica provocada por la infección por VIH.

Existen varios tipos de estatinas. Algunas de ellas son seguras y funcionan bien para las personas con VIH, pero otras más no se recomiendan para quienes viven con el virus. Además, es importante que el médico verifique que los antirretrovirales que tomas no interactúen con las estatinas que te prescriba, ya que algunos fármacos contra el VIH no funcionan bien con estos tratamientos para reducir el colesterol o, en contraste, podrían subir el nivel de colesterol.

Si, por el contrario, tu nivel de colesterol es normal antes de comenzar el tratamiento antirretroviral, solamente será necesario revisarlo una vez al año, junto con otras mediciones en sangre como glucosa y perfil de lípidos, y otros indicadores como la presión arterial, el peso, el índice de masa corporal y la medida de cintura.

Una ayuda extra

El tomar medicamentos no es lo único que bajará la sustancia en cuestión. Tú deberás hacer tu parte con algunas acciones:

  • Comer de forma saludable, reduciendo el consumo de grasas saturadas, grasas trans y colesterol, y aumentando los alimentos ricos en fibra.
  • Hacer ejercicio durante 30 minutos o más la mayoría de los días de la semana.
  • No fumar, ya que entre los múltiples efectos negativos del tabaco está el favorecer los problemas cardiacos.
  • Limitar el consumo de alcohol, que también puede llevar a problemas cardiacos.

Por todo lo anterior, la atención del VIH debe ser integral, de forma que se pueda manejar tanto el tratamiento para el colesterol como el tratamiento para el virus de forma exitosa.

Recuerda que si no has iniciado tu tratamiento contra el VIH o si lo suspendiste y quieres retomarlo, en AHF Panamá podemos apoyarte. Acércate a nuestras oficinas o escríbenos por Whatsapp y te ayudaremos.

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