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Datos publicados por los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos estimaron que, en 2018, 1 de cada 5 personas en ese país tuvo una infección de transmisión sexual (ITS).

En cifras, estos datos se tradujeron en 68 millones de ITS presentes durante 2018, y 26 millones de infecciones adquiridas en ese año. Además, el cálculo indica que casi la mitad de las nuevas ITS fueron adquiridas por personas de entre 15 y 24 años de edad, reportó el diario puertorriqueño El Vocero.

Esta revisión de los CDC fue publicada en una revista especializada, y estudió también los costos que estas ITS representaban para el sistema de salud, que en Estados Unidos es primordialmente privado. La cifra calculada alcanza los 16 mil millones de dólares en costos médicos directos de por vida, tan sólo de las infecciones adquiridas en 2018.

El problema identificado es tan importante que Jonathan Mermin, director del Centro Nacional de los CDC para la Prevención del VIH/sida, Hepatitis Virales, ITS y TB, califica a las ITS como “una amenaza para la salud nacional” que además es prevenible y tratable. Por esto, señala el funcionario, es especialmente urgente revertir esa tendencia de aumento de las ITS, más aún a partir de la pandemia de COVID-19, que ha afectado muchos de los servicios de prevención de ITS.

Al pensar en ITS, lo más frecuente es mencionar las más serias, como el VIH, sin embargo, muchas de estas infecciones pueden tener consecuencias graves para la salud de las personas. Si no se tratan a tiempo, las ITS pueden ser causa de dolor pélvico crónico, enfermedad pélvica inflamatoria, infertilidad o complicaciones graves durante el embarazo.

El estudio de los CDC encontró que el VIH y el VPH fueron las ITS más costosas, ya que los gastos médicos incluyen tratamiento de por vida, en el caso de las personas con VIH, y el tratamiento de cánceres relacionados con el VPH. Otras infecciones que generan costos considerables son la clamidia, la gonorrea y la sífilis.

Los autores del estudio aseguran que la COVID-19 ha enfatizado los efectos de las desigualdades sociales y del sistema de salud, lo que coloca a grupos minoritarios étnicos y raciales en mayor riesgo de infecciones. Además, identifican una carga desproporcionada de las ITS en estos grupos étnicos y raciales, así como en el grupo de jóvenes entre 15 a 24 años, y entre las mujeres.