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La limpieza de la zona anal es muy importante, pero cobra otro sentido cuando involucras esa área en tus relaciones sexuales. Por supuesto que la higiene hará la situación más cómoda, pero no hay que obsesionarse con ella porque el ano es un órgano delicado que requiere consideración. Aquí te tenemos algunos tips para cuidar esa zona pero sin exagerar, para no hacerte daño.

Voltea hacia atrás

Como lo cuenta la revista In Magazine, para los hombres gays o bisexuales, pensar en el cuidado anal es algo muy normalizado, pero en los años más recientes también los hombres heterosexuales (y mujeres y todo tipo de personas) han comenzado a considerarlo en su día a día.

Lo anterior ha facilitado que el tema sea más visible y que incluso se comiencen a comercializar lociones, cremas o hasta “tratamientos” para intervenir en el bienestar del ano. Esto no sorprende mucho; ya sabemos que, cuando hay una potencial ganancia en juego, los prejuicios se van dejando de lado.

Lo cierto es que cada vez hay más curiosidad sobre lo que se puede hacer para cuidar el área, pero el primer paso es cumplir con los procedimientos básicos de higiene. Limpiar correctamente el área cada vez después de defecar será la acción que mantenga el ano libre de problemas y listo para recibir el placer que merece.

Limpieza básica de la zona anal

La alimentación ayuda al buen mantenimiento del área anal. Si consumes fibra suficiente, las heces tendrán la consistencia necesaria para salir del cuerpo sin lastimar el ano. Basta recordar lo difíciles que se vuelven las visitas al baño cuando tu alimentación no es equilibrada, cuando no bebes suficiente agua o cuando comes muchos irritantes, como comida picante o grasosa.

Limpiar la zona después de defecar pudiera parecer algo obvio, pero no todas las personas saben cómo hacerlo. La piel es sensible y necesita ser tratada con cuidado. Además, cada persona tiene una diferente cantidad de vello en esa parte (o quizás, nada) y eso también debe tomarse en cuenta para el proceso de limpieza.

Lo ideal es usar papel higiénico suave y sin fragancia, además de limpiarse de adelante hacia atrás para evitar la transferencia de bacterias desde el área anal hacia la zona genital (especialmente para personas con vulva).

Cuando sea posible, se recomienda el uso de un bidé, lo que permite limpiar bien el área simplemente con agua. Después de usarlo, asegúrate de asegúrate de secar el área completamente con una toalla limpia o papel higiénico, ya que si se queda humedad acumulada puede haber irritación o crecimiento de bacterias.

Hay que aclarar que el uso de toallitas húmedas desechables no es recomendable, ya que muchas de ellas contienen químicos que pueden irritar la zona y afectar el equilibrio del pH.

Lavado anal: hazlo con cuidado

Siguiendo los tips anteriores, deberías sentir bastante tranquilidad de que estás haciendo las cosas bien. Sin embargo, puedes querer dar unos cuidados extras al área anal y eso está bien. Solamente ten cuidado de no excederte en la frecuencia ni utilizar sustancias abrasivas, ya que puedes obtener los resultados contrarios: tu ano terminará irritado y, por ende, más débil y vulnerable ante infecciones de transmisión sexual.

El lavado anal o enema es un método popular para quienes quieren “limpiar” el ano por dentro (es decir, el recto). Sin embargo, el uso excesivo de duchas anales puede dañar tu cuerpo, por lo que se recomienda no hacerlo más que dos o tres veces por semana. Para el enema se debe utilizar sólo agua, ya que cualquier sustancia jabonosa o perfumada arrasará con la flora bacteriana que vive de manera natural en esa área, causando un desequilibrio nada benéfico.

En Estados Unidos ya existe al menos una solución en el mercado, diseñada por médicos, que es segura para el uso en enemas, pero mientras llega a estar disponible en otros países, el agua sola es lo mejor que puedes elegir.

En cuanto a la zona externa, se puede aplicar aceite de vitamina E, sostiene el doctor Evan Goldstain, fundador de la clínica Bespoke Surgical, especializada en el cuidado de la salud íntima de los hombres LGBT+. Según el médico, este aceite se suele recomendar para el cuidado posterior al sexo anal, ya que tiene propiedades curativas y humectantes.

Recursos extras para los glúteos

Ahora bien, en el sexo anal no sólo se involucra el ano en sí mismo, sino que también los glúteos son elementos obligados. La piel de esa zona puede recibir un cuidado especial si eso te hace sentir mejor con tu cuerpo, pero deben ser productos especialmente diseñados para esa área.

Por ejemplo, en Estados Unidos y Europa se han creado empresas propiedad de personas LGBT+, que se dedican a la cosmética o el cuidado de la piel desde una perspectiva incluyente. Así, ofrecen productos como mascarillas que ayudan a combatir el acné de los glúteos y unifican el tono de piel, o que tonifican e hidratan la zona.

De igual forma, puedes encontrar exfoliantes que fueron creados para el cuerpo pero también se pueden usar en el trasero, removiendo las células muertas y dejando una piel más suave y tersa.

Y después, a disfrutar

Recuerda que tu ano no solamente debe estar presentable y elogiable, también debe mantenerse sano. Para eso, la mejor herramienta con la que cuentas es el condón, el cual debes usar en todas tus relaciones sexuales para disfrutar con libertad y seguridad, sin preocuparte por las infecciones sexuales.

Si quieres obtener condones gratis o hacerte una prueba de detección de VIH, en AHF Panamá tenemos servicios sin costo para ti. Acércate a nuestras oficinas o escríbenos por Whatsapp y haz una cita ya.

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