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Cuando un niño o niña se acerca a sus padres con una duda sobre la sexualidad, lo que se dice con la actitud tiene mucho más impacto que lo que se dice con las palabras. Si recibimos la pregunta con vergüenza, miedo o nerviosismo, los niños percibirán esa incomodidad.

Es por esto que muchos padres y madres se preguntan cómo pueden resolver las dudas que surgen, sobre todo en niños pequeños que aún no entran en la pubertad. Los pasos a seguir son sencillos y pueden ayudar a generar una mayor confianza entre ambas generaciones, y abrirán un canal de comunicación para momentos futuros.

El primer paso para abordar una pregunta sobre sexualidad es responder con otra pregunta. Pero no para desviar el tema, sino para averiguar qué tanto sabe el menor acerca del tema que está preguntando.

Por ejemplo, si su inquietud es “¿Cómo una mujer queda embarazada?”, lo más sencillo (y muy probablemente, tranquilizador) es revirar: “¿Cómo crees tú que sucede?” o “¿Qué has escuchado al respecto?”. Así habrá un punto de partida para la conversación y se evitará tocar información que tal vez no es siquiera lo que el niño está buscando.

Responder no es el final de la charla

El siguiente paso será ofrecer una respuesta corta y simple (que no quiere decir que deba ser vaga), y explicar las palabras nuevas que el pequeño o pequeña no conozca.

Para continuar la conversación puede preguntarse si tiene más dudas sobre el tema, o “¿qué sucedió, qué viste u oíste que te dio curiosidad sobre este tema?”. Así también se podrá identificar de dónde viene la información que está recibiendo sobre sexualidad, sólo para estar al tanto.

Después será importante verificar qué tanto el niño comprendió la respuesta, y verificar si hay más dudas con frases como “¿Respondí tu pregunta?” y “¿Qué piensas sobre lo que te acabo de contar?”.

Todo este ambiente de disposición ayudará a que los menores se sientan con la confianza de volver a tocar temas similares, pues se darán cuenta de que no hay nada de malo en abordarlos con sus padres.

Finalmente, los padres y madres no tienen por qué saberlo todo. Cuando el niño llegue con una pregunta cuya respuesta desconozcas, siempre está bien decirlo. Pero sobre todo, es una oportunidad para buscar juntos la explicación. Y además del internet, es recomendable buscar en libros especializados o bibliotecas, para así asegurarse de que están recurriendo a una fuente confiable.

Si quieres saber más sobre cómo abordar los temas de sexualidad según la edad de tus hijos, puedes consultar sitios de algunas fundaciones especializadas que te guiarán durante el proceso.
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