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La realización de ejercicios de fuerza en las piernas con una intensidad moderada podría ayudar a combatir el avance de la neuropatía periférica en personas con VIH, reveló un estudio recientemente publicado en Sudáfrica, uno de los países del mundo más afectados en la historia del VIH.

La neuropatía periférica es un problema relacionado con frecuencia con el VIH, y consiste en el daño que sufren los nervios periféricos, es decir, los que controlan piernas y brazos (tanto sus sensaciones como sus movimientos) y otros órganos como la vejiga y los intestinos. Así, es una afectación que se puede manifestar desde hormigueo y entumecimiento de las extremidades hasta dolor intenso y dificultades para caminar, lo que puede desembocar en discapacidad y dolor crónico, explica el sitio web del Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt-VIH).

El papel de los medicamentos

Investigadores sudafricanos incluyeron a 102 personas con VIH y neuropatía periférica en un estudio para evaluar cómo influye sobre los síntomas la realización de ejercicios de fuerza. De los participantes, 55% eran mujeres y el promedio de edad fue de 36 años; todos estaban en tratamiento antirretroviral.

La mayoría de ellos no desarrollaron la neuropatía hasta que iniciaron el tratamiento contra el VIH. Esto puede estar relacionado con algunos de los medicamentos más antiguos, que se sabe que pueden ser neurotóxicos y se han asociado con la neuropatía. Sin embargo, hasta 61% de los participantes comenzaron su tratamiento entre 4 y 6 años atrás, cuando dichos medicamentos ya eran menos utilizados.

Beneficios del ejercicio

Los participantes se dividieron en dos grupos, uno de ellos siguió un programa de 12 semanas de ejercicios de fuerza para glúteos y músculos de las piernas en un gimnasio, donde la carga se fue aumentando progresivamente; el otro grupo no recibió una rutina de ejercicio.

Se realizaron las mismas pruebas físicas al inicio, a las 6 y a las 12 semanas del estudio (como levantarse de una silla y caminar durante 6 minutos). A las 6 semanas, el grupo que acudía al gimnasio había mejorado su equilibrio y su capacidad de andar (desplazamiento), y a las 12 semanas ambos ejercicios habían mejorado todavía más. Por su parte, las personas que no recibieron una rutina no mostraron cambios favorables en esos mismos elementos (por el contrario, empeoró un poco su equilibrio).

El equipo de investigación señala que su estudio tiene algunas limitaciones, como no saber si algunos de los participantes realizaban otro tipo de ejercicios, o el hecho de que el dolor podría interferir con la realización de las pruebas. Sin embargo, sugiere que los ejercicios de fuerza podrían ayudar a mejorar las afectaciones de la neuropatía periférica, que es irreversible.

A final de cuentas, el tratamiento antirretroviral es la mejor opción para cuidar tu salud si te han diagnosticado con VIH. Si quieres iniciar o retomar tu tratamiento, o si quieres hacerte una prueba de detección gratis, en AHF Panamá podemos ayudarte. Acércate a nuestra oficina o escríbenos por Whatsapp.

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