Si vives con el VIH, hay más elementos en tu sangre a los que deberías poner atención, además de la cantidad de virus que hay en ella, pues las personas con esta infección pueden tener niveles bajos no sólo de células CD4, sino también de otros componentes de la sangre.
De acuerdo con el sitio web especializado aidsmap.com, las personas con VIH pueden padecer de problemas como anemia, neutropenia o trombocitopenia, que estarían asociados al daño sufrido por la médula ósea.
Si tu sistema inmunológico está en una condición aceptable, con un conteo de CD4 mayor a 350 células/mm3, estos problemas serían más bien raros, excepto por la anemia, que podría presentarse por el consumo del medicamento zidovudina (AZT). Pero si tu conteo de CD4 es más bajo, lo que indicaría que tu sistema inmunológico ya ha sufrido daño, esto podría implicar que otras células en la sangre también tengan niveles bajos.
El VIH puede afectar la médula ósea al infectar directamente sus células, o bien, alterando los niveles de químicos naturales llamados factores de crecimiento, los cuales ayudan a que se desarrollen las células de la médula ósea.
Sin embargo, la médula también puede verse afectada por algunas infecciones oportunistas, que se presentan cuando el sistema inmunológico está debilitado.
Anemia
La anemia es la falta de glóbulos rojos en la sangre, los cuales se encargan de transportar el oxígeno en el organismo. La anemia puede causar cansancio y falta de aire. Esta enfermedad podría ser un efecto secundario de la zidovudina (aunque no es frecuente en personas con CD4 mayores a 200).
Es posible curar la anemia con un tratamiento que estimula al cuerpo a que produzca más glóbulos rojos, pero las personas que tienen anemia grave podrían necesitar una transfusión sanguínea.
La anemia puede ser causada también por otros factores, como la deficiencia de hierro derivada de sangrados prolongados (como úlceras estomacales), o puede presentarse durante el embarazo.
Neutropenia
Se llama neutropenia a la falta de neutrófilos, que son un tipo de glóbulos blancos de la sangre que se encargan de atacar a las bacterias o los hongos. Esto significa que quienes desarrollan neutropenia están más expuestos a las infecciones por este tipo de microorganismos.
En las personas con VIH, los medicamentos que más frecuentemente causan neutropenia son la zidovudina, el ganciclovir (usado para tratar el citomegalovirus) y algunos fármacos para tratar cáncer.
Por lo general, las personas con VIH tienen un nivel ligeramente menor de neutrófilos que las que no tienen VIH, pero un cuadro serio de neutropenia no es frecuente en personas con niveles de CD4 mayores a 200.
Afortunadamente, esta condición también tiene tratamiento, que consta de un fármaco que estimula al cuerpo a aumentar su producción de glóbulos blancos.
Trombocitopenia
La trombocitopenia es el nivel bajo de plaquetas, aquellos componentes de la sangre que ayudan que ésta se coagule. Así, cuando alguien tiene trombocitopenia, puede presentar moretones muy fácilmente, y en los casos más graves, puede tener sangrados incontrolables.
El VIH es capaz de infectar las células de la médula ósea que producen las plaquetas, e incluso puede confundir al sistema inmunológico para que ataque a las plaquetas y las elimine del cuerpo a través del bazo. El medicamento ganciclovir también puede generar trombocitopenia
Si esta afectación es causada por el VIH, puede tratarse al tratar la infección con antirretrovirales. Si, por otro lado, es provocada por otros medicamentos, puede controlarse disminuyendo la dosis o cambiando el medicamento. En algunas ocasiones también puede tratarse con dosis bajas de esteroides o con una proteína llamada inmunoglobulina.
Cuida tu salud
El VIH es un virus que actúa de formas muy variadas y complejas en el organismo. Si tú vives con el VIH, debes poner atención en los diferentes aspectos de tu salud y consultar con tu equipo médico cualquier síntoma nuevo o extraño.
La anemia, la neutrocitopenia y la trombocitopenia pueden ser detectadas mediante pruebas rutinarias de sangre, por lo que éstas deberían estar incluidas en tu esquema de cuidado del VIH.
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