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Un informe de Aids Healthcare Foundation muestra que el país está lejos del reto 95-95-95 fijado por Onusida para poner fin al sida. En 2021, hubo mil 363 nuevos casos de VIH y 441 de sida.

El objetivo 95-95-95, marcado por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida) para poner fin al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) en 2030, está lejos de alcanzarse en el país.

El reto trae consigo que para 2030 el 95% de las personas que vive con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) debe conocer su estatus, que el 95% de los que conocen su estatus de VIH debe estar en tratamiento y que de ese grupo personas el 95% haya logrado reducir su carga viral.

Sin embargo, la realidad en Panamá dista del objetivo establecido —quedan ocho años para cumplirlo—, ya que las estimaciones oficiales indican que un 40% de las personas que vive con VIH no sabe que es portadora del virus, lo que a su vez impide que reciban tratamiento o tengan la posibilidad de una vida sana y productiva.

Así lo indica el estudio Aproximación sobre la Oferta y el Acceso a Pruebas Rápidas de VIH en Panamá, elaborado por un equipo técnico de la organización no gubernamental Aids Healthcare Foundation (AHF Panamá) entre octubre de 2021 y febrero de 2022.

El estudio, dado a conocer el pasado 28 de abril, detectó que hay barreras de acceso para obtener una prueba o un diagnóstico de VIH, a pesar de que el diagnóstico constituye en la actualidad una de las estrategias más eficientes de control de la transmisión de la infección.

Entre las barreras están la falta de tecnólogos médicos, la carencia de información y promoción para la sensibilización de la población sobre la importancia de la prueba; que persiste el estigma y discriminación hacia el VIH/sida; falta de recursos estatales y procesos estandarizados para la oferta de pruebas rápidas de VIH con la debida consejería; demora en la entrega de los resultados; instalaciones de salud que no cuentan con espacio, personal e insumos para ofertar la prueba.

Además, el documento indica que una barrera es requerir una orden médica para una prueba rápida en las instalaciones de la Caja de Seguro Social (CSS) y el Ministerio de Salud (Minsa).

La coordinadora de AHF Panamá, Natasha Dormoi Eluf, explicó que si bien en el país hay varias organizaciones no gubernamentales e instituciones que colaboran con los esfuerzos gubernamentales en la atención del VIH, existen vacíos legales y barreras, normativas, económicas y sociales que impiden alcanzar mejores resultados, especialmente en la detección temprana a través de pruebas rápidas.

Subrayó que se debe invertir recurso en la capacitación de personal y supervisión de cumplimiento para asegurar la adecuada y efectiva implementación de guías y protocolos de atención según la normativa.

Dormoi Eluf recomendó que se deben estandarizar los procedimientos para la oferta de pruebas rápidas de VIH, según el algoritmo establecido en todas las instalaciones públicas de salud y asignar recursos para su implementación, tales como recurso humano capacitado, pruebas e insumos, sistema de referencia o vinculación, clínicas de tratamiento, notificación y trazabilidad de casos y contactos.

VIH en números

Los más recientes datos de Onusida indican que para 2020 se estimaba que 31 mil personas vivían con VIH y, de ellas, solo 19 mil (61%) conocía su estado serológico con respecto al VIH, es decir, que cerca de 12 mil personas (40%) no conocían que eran portadoras del virus.

En ese sentido, Amador Goodrigde, expresidente del Mecanismo Coordinador de Panamá para la lucha contra la Tuberculosis, VIH y Malaria —una entidad creada bajo conceptos y lineamientos del Fondo Mundial— y presidente de la Organización Panameña, Anti Tuberculosa (OPAT), sostuvo que de esas 12 mil personas que desconocen que son portadoras del VIH, la gran mayoría está distribuida en adultos jóvenes.

“Esta situación mantiene el círculo de infección de nuevas personas”, agregó.

Goodridge manifestó que este estudio se encuentra respaldado por varias organizaciones no gubernamentales miembros del Mecanismo Coordinador de Panamá para la lucha contra la Tuberculosis, VIH y Malaria, quienes también han sufrido limitaciones del acceso a pruebas rápidas de VIH.

El estudio recomienda que para fortalecer y ampliar la oferta y el acceso al diagnóstico del VIH, personal y promotores adscritos al Minsa debidamente capacitados deberían poder realizar pruebas rápidas en sus entornos comunitarios con mayor alcance a la población de alto riesgo.

Durante la presentación del estudio, las autoridades del Minsa reconocieron la necesidad de revisar la norma que limita la participación de personal no laboratorista en estas actividades, y se comprometieron a tener una reunión de seguimiento en los próximos días con las partes interesadas.

En paralelo a la pandemia de Covid-19, la lucha contra el VIH/sida, una epidemia según la Organización de las Naciones Unidas, es una realidad que persiste en el mundo y Panamá no es la excepción.

Estadísticas del Minsa muestran que en 2021 se registraron mil 363 nuevos casos de VIH y 441 casos de sida.

Noticia publicada originalmente en LAPRENSA.COM

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