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Un estudio realizado en Estados Unidos, que dio seguimiento a personas que adquirieron el VIH en la niñez, encontró que estos adultos jóvenes presentan obesidad persistente y que empeora, todo debido a que han pasado toda su vida con el virus y a la exposición prolongada a los medicamentos antirretrovirales.

De acuerdo con el sitio web especializado Aidsmap.com, parece ser que hay una interacción compleja entre el daño directo causado por el virus, el tratamiento durante toda la vida y la inflamación subyacente, que tiende a ser persistente en la infección por VIH (sin importar si la persona tiene un tratamiento exitoso).

Diferencias significativas

La investigación, publicada en la revista Journal of Acquired Immune Deficiency Siyndromes, siguió durante 19 años los resultados clínicos de 70 adultos que adquirieron el VIH en la infancia, ya sea desde su nacimiento o debido a una transfusión. En el momento de los últimos análisis, se les comparó con 47 personas que no tenían el VIH, pero que eran similares en cuanto a edad, sexo, origen étnico y otros factores. También se consideró un grupo de 40 personas con VIH a quienes se dio seguimiento durante un periodo de siete años.

Al momento de concluir los análisis, la mayoría de las y los jóvenes con VIH estaban en sus años veinte, 54% tenían la infección suprimida y también la mitad habían estado expuestos a terapia antirretroviral por 16 años o más.

En comparación con las personas sin VIH, los jóvenes con VIH tuvieron una presión arterial significativamente más alta, más casos de triglicéridos elevados y más casos de resistencia la insulina, aunque tuvieron niveles más bajos de colesterol de tipo HDL. La prevalencia de obesidad no tuvo diferencias significativas entre los dos grupos.

Al comparar al grupo con las 40 personas que también tenían VIH, el colesterol HDL se incrementó significativamente con el tiempo. De igual forma, el porcentaje de personas que tenían sobrepeso aumentó de 28 a 53%, y las personas con obesidad fueron de 13 a 25%.

El equipo de investigación concluyó que las personas que adquirieron el VIH en su infancia fueron más propensas a presentar obesidad central (es decir, concentrada en la cintura) que las que no tienen VIH. Sus hallazgos subrayan la persistencia a largo plazo y los factores de riesgo asociados a la obesidad entre personas con VIH que ha estado en tratamiento antirretroviral toda su vida.

Aun con los posibles efectos colaterales, el tratamiento antirretroviral sigue siendo indispensable para que las personas con VIH vivan más y mejor. Si quieres saber cómo iniciar tu tratamiento o deseas retomarlo, en AHF Panamá podemos ayudarte. Contáctanos en nuestras oficinas o escríbenos por Whatsapp.

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