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La enfermedad cardiaca es una causa cada vez más importante de enfermedad severa y muerte en personas que viven con VIH. Por eso, ha sido uno de los temas más estudiados en materia de salud de esta población.

Ya que existen muchos tipos de ataque cardíaco, cada uno con diferentes causas, es importante distinguirlos pues el tratamiento debe ajustarse en función del tipo de problema.

Un reciente estudio, retomado por el portal especializado Aidsmap.com, encontró que las principales causas de ataques cardíacos en las personas más jóvenes con VIH son la sepsis (una complicación grave de una infección) y el uso de drogas, más que el endurecimiento de las arterias.

Sin embargo, la investigación también mostró que incluso las personas más jóvenes con VIH tenían ataques cardiacos debido a la enfermedad arterial y que, de igual forma, los ataques cardiacos por sepsis y por uso de drogas se presentaron también en las personas con VIH que eran mayores.

En medicina, se clasifica como ataque cardiaco tipo 1 a aquellos que son causados por problemas en las arterias, tales como depósitos de colesterol o placas que bloquean el flujo de la sangre. Este tipo de ataques es el más común en la población general.

Por otro lado, el ataque cardiaco tipo 2 es aquel tiene como causas la sepsis, el uso de drogas estimulantes como la cocaína o la falta de oxígeno (llamada hipoxia).

En los tipos 1 y 2, los factores de riesgo son la dieta y el uso de algunos medicamentos que aumentan el colesterol, como es el caso de algunos fármacos de los que se usan para tratar el VIH. Estos dos factores de riesgo, junto con un tercero que es el consumo de drogas estimulantes, son comunes entre la población con VIH.

Estudios anteriores ya habían reportado que los ataques cardíacos de tipo 2 representan hasta la mitad de los incidentes cardíacos en personas con VIH, y que el riesgo de morir después de un ataque de tipo 2 es mayor.

La investigación concluyó que el ataque tipo 1 y el tipo 2 “son entidades clínicas distintas”, por lo que requieren diferentes abordajes de prevención y tratamiento, y un descubrimiento clave de este estudio es que las personas con VIH que tienen un infarto tipo 2 fueron más jóvenes que las que tuvieron infartos del tipo 1, a diferencia de la población general, donde los ataques tipo 2 suelen suceder en personas mayores.