Los servicios de laboratorios públicos en Venezuela no han hecho pruebas de detección del VIH u otras infecciones de transmisión sexual (ITS) desde 2016, debido a que no se cuenta con los recursos, según afirmó la presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas de Venezuela, Judith León.
De acuerdo con un reportaje de Crónica uno, es crucial garantizar la disponibilidad y accesibilidad de pruebas diagnósticas y de testeo para reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con VIH. Sin embargo, la realidad en Venezuela presenta desafíos significativos en este aspecto.
Un recorrido realizado en hospitales emblemáticos como José María Vargas, Pérez Carreño, el Algodonal, Universitario y el Militar, revela que ninguno de estos centros cuenta con la capacidad para procesar pruebas específicas como la de detección de VIH y la VDRL, que sirve para diagnosticar la sífilis.
Carencia de reactivos
Alberto Nieves, director de la organización Acción Ciudadana Contra El Sida (Accsi), señala que el Estado carece de capacidad para llevar a cabo diagnósticos y testeos para quienes sospechan que viven con VIH. “Lamentablemente en los hospitales públicos no disponen de insumos para procesar los exámenes de diagnóstico de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, porque desde el 2016 el Estado no adquiere estos reactivos y por ende no son distribuidos a los organismo públicos”, explica Nieves.
Además, Nieves destaca que los servicios de laboratorio en los hospitales carecen de insumos para realizar exámenes de control de VIH, lo que impide monitorear la eficacia del tratamiento antirretroviral.
La población con VIH en Venezuela se encuentra en una situación vulnerable, dependiendo en gran medida de la ayuda internacional, ya que el Estado no ha proporcionado informes oficiales sobre cifras epidemiológicas desde 2016. Aunque estimaciones extraoficiales indican que hasta diciembre de 2023 había más de 100,000 personas viviendo con el virus, la falta de datos precisos dificulta la implementación de estrategias efectivas.
Afectaciones en el seguimiento
El retraso en el diagnóstico es otra preocupación planteada por Nieves, quien resalta que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), toda persona con VIH debe someterse a exámenes de carga viral y linfocitos CD4 cada tres meses. En Venezuela, estas pruebas se realizan anualmente debido a la escasez de insumos en los hospitales, lo que puede resultar en retrasos en la detección de posibles fallas en el tratamiento.
Según un boletín de la organización Convite, publicado en febrero de 2024, solo el 40% de las personas que viven con el VIH sabe que lo tiene. La falta de disponibilidad de pruebas y diagnósticos en los hospitales públicos es una de las principales limitaciones, afectando especialmente a las mujeres embarazadas, para quienes se recomienda realizar pruebas en el primer y último trimestre del embarazo.
La presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas de Venezuela, Judith León, agrega que desde 2018 no se realizan pruebas especiales para detectar infecciones de transmisión sexual en los servicios de laboratorios públicos debido a la falta de recursos. Además, menciona la escasez de reactivos para diagnosticar diversas enfermedades, lo que obliga a las personas a recurrir a laboratorios privados, afectando su economía.
Situación complicada
A pesar de estos desafíos, Nieves destaca la existencia de laboratorios privados en Venezuela equipados con tecnología avanzada, como el sistema GeneXpert para realizar pruebas con la técnica de PCR. Sin embargo, la disponibilidad de reactivos proviene de subvenciones otorgadas por el Fondo Mundial de lucha contra el sida, tuberculosis y malaria en los años 2019, 2020 y 2021. Estas pruebas se realizan de forma gratuita para quienes las necesiten.
En resumen, la situación en Caracas y toda Venezuela en general presenta obstáculos significativos en términos de disponibilidad, accesibilidad y financiamiento para pruebas diagnósticas y de control relacionadas con el VIH, lo que deja a la población afectada en una situación precaria y dependiente de recursos externos.
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