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Gracias al tratamiento antirretroviral, es posible controlar la infección por VIH. Sin embargo, cuando este control no es total y el virus sigue detectable en la sangre, aunque sea en niveles bajos, la persona no está libre de resultados adversos en su salud.

Así lo demostró un estudio realizado en Estados Unidos, que analizó la asociación entre un nivel viral bajo y los eventos severos de salud no relacionados con el sida en más de 2,800 personas.

La importancia del nivel indetectable

La gravedad de la infección por VIH se evalúa tomando en cuenta dos elementos: la cantidad de células inmunológicas CD4 y la cantidad de copias del virus presente en la sangre. Para esta segunda medición, denominada carga viral, existen pruebas que calculan cuántas copias del virus existen en un mililitro de sangre.

Se considera que el tratamiento de la infección es exitoso cuando la cantidad de virus por ml de sangre está por debajo del límite mínimo que pueden detectar las pruebas usadas para este fin, esto es, 50 copias/ml. Al nivel menor a esto se le llama carga viral indetectable, y es el objetivo de cualquier tratamiento antirretroviral.

Cuando una persona logra tener carga viral indetectable, su salud corre mucho menos riesgo y, además, se elimina la posibilidad de transmitir el virus a otras personas. Sin embargo, en algunos casos el nivel de virus no se mantiene por mucho tiempo, o puede subir y bajar dependiendo de factores que todavía no están totalmente claros.

Presencia del virus

De acuerdo con información de POZ, una revista digital especializada en VIH, la reciente investigación estadunidense utilizó datos de un estudio que ha seguido durante décadas a militares con VIH. Se incluyó información de 2,800 personas que comenzaron su tratamiento después de 1996. La evaluación inicial del sistema inmunológico de los participantes mostró que, en promedio, presentaban una afectación leve.

Al cabo de 10 años de seguimiento, el 8% de los participantes tenían una carga viral baja, pero detectable, es decir, entre 50 y 200 copias/ml, mientras que el 4% tenía una carga viral alta, de 200 a 1,000 copias/ml. Además, 12% había tenido “repuntes” aislados.

Pero una proporción más grande, es decir, un tercio de la población del estudio, había tenido uno o más episodios de falla en el tratamiento, la cual estuvo indicada por dos mediciones seguidas de 200 copias ml, o bien, una medición sola de más de 1,000 copias/ml.

Resultados adversos

El equipo de investigación analizó los eventos de salud severos no relacionados con el sida, incluyendo cánceres, eventos cardiovasculares y enfermedad de los riñones o del hígado. Durante la década estudiada, casi 14% de los participantes tuvieron un evento de este tipo, y casi 8% experimentaron 2 o más.

Los cánceres más frecuentes fueron el anal y el de próstata, mientras que 25 personas sufrieron de infarto al miocardio, 54 personas presentaron enfermedad coronaria, 23 personas desarrollaron cirrosis hepática y 205 personas desarrollaron enfermedad renal crónica de tipo moderada o severa.

El riesgo de padecer estos eventos serios no relacionados con el sida aumentó conforme se incrementó la carga viral, pero incluso en quienes tenían una carga viral baja (detectable) tuvieron problemas.

La posibilidad de experimentar estos eventos adversos serios fue 71% mayor en quienes habían tenido falla en el tratamiento, 57% mayor en aquellos que tuvieron carga viral alta y 25% mayor en los que tuvieron carga viral baja.

Factores que hacen la diferencia

Aunque la mayoría de los participantes en el estudio tenían el VIH controlado y pudieron recuperar su sistema inmunológico, los investigadores encontraron factores que se asociaron con un riesgo más alto de eventos adversos serios no relacionados con el sida. Estos factores son:

Esperar más tiempo desde la detección para comenzar el tratamiento antirretroviral

– Tener una carga viral alta al iniciar el tratamiento

– Tener baja cantidad de células CD4

– Tener cualquier nivel detectable de VIH

A partir de estos hallazgos, los autores del estudio sugieren que se ajuste el parámetro para diagnosticar falla del tratamiento. De esta forma, se podrá identificar a las personas a quienes se les debe dar seguimiento cercano para evitar complicaciones.

Recuerda que lo mejor es iniciar el tratamiento antirretroviral cuanto antes después del diagnóstico. Si tú o alguien que conoces no ha comenzado la medicación, o si la suspendiste y quieres retomarla, en AHF Panamá podemos ayudarte. Acércate a nuestras oficinas o escríbenos por Whatsapp y conoce nuestros servicios.

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