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Un diagnóstico de VIH puede trastocar muchas áreas de tu vida, en especial la vida sexual. Ya que ésta es la principal vía de transmisión en todo el mundo, es muy posible que después de recibir tu diagnóstico no quieras saber sobre sexo durante un buen rato.

Sin embargo, si continúas el proceso y recibes apoyo emocional (ya sea profesional o de parte de otras personas con VIH), seguramente llegará el momento en que estés listo o lista para retomar tu sexualidad.

Crisis=oportunidad

Para tratar de enfrentar las crisis con una mejor actitud, algunas personas eligen verlas como una oportunidad para mejorar. En el caso del VIH, no es raro escuchar testimonios de personas convencidas de que, aunque saber que tenían el virus fue un momento muy duro, las cosas que ganaron después de eso son muy valiosas: salir de una relación violenta, aprender sobre medicina, conocer gente interesante o simplemente tomar las riendas de su propia vida.

Al saber que vives con VIH, podrías sentir que debes hablar de tu diagnóstico tan pronto conoces a alguien, o que deberías tener un “cuidado extremo” para evitar transmitirlo a otras personas. También podrías sentirte mal físicamente por los efectos secundarios de las primeras semanas de tratamiento, o mirarte al espejo y encontrar que tu cuerpo ha cambiado a raíz del tratamiento.

Por fortuna, cuando se logran superar estos pensamientos con el apoyo necesario, y más aún, cuando el tratamiento te ayuda a conseguir una carga viral indetectable, la cual hace imposible transmitir el virus a otra persona, el recuperar tu vida sexual es el siguiente paso natural.

¿Cómo le hago?

Si no sabes por dónde empezar a desempolvar tu sex appeal, prueba con estos puntos básicos.

  • Construye tu definición de sexy: El entorno marca un estándar de lo que es sexy, pero obviamente no todas las personas concuerdan con ese modelo. La clave no está, necesariamente, en cómo te veas, sino en lo que te hace sentir sexy. ¿Es ponerte ropa ajustada o, por el contrario, vestirte muy recatadamente, pero con ropa interior que te da placer usar? ¿Es usar cierto perfume, cierto color o cierto peinado? ¿Es probar una actitud que antes no te habías atrevido a tener y conocer personas nuevas con esta actitud diferente? Si respondes estas y otras preguntas similares, sabrás lo que es sexy para ti.
  • Redescubre (o descubre) el placer: Sí, el diagnóstico ha dado un vuelco a tu vida, pero ¿por qué no usarlo a tu favor? Si tu vida sexual de antes incluía presión, miedo, vergüenza u otras cosas negativas, renuévala. Aduéñate de tu cuerpo y analiza si lo que antes te gustaba te sigue haciendo sentir bien. Tal vez hoy te tocas de forma diferente a como lo hacías hace diez años, o quizás quieres probar cosas nuevas para variar. De igual forma, es un excelente momento para decir no a las cosas que no te agradan y que antes aceptabas por presión externa.
  • Recuerda que el sexo es bueno para ti: ¡Y tú mereces lo bueno! Vivir con VIH no te resta valor en lo más mínimo, y una vida sexual satisfactoria es parte del autocuidado. Ya sea que la practiques con otra u otras personas, o bien, que prefieras el autoerotismo, los químicos del placer que se liberan en el cerebro con el placer sexual contribuyen a tu salud física y mental, ayudándote a liberar el estrés, cumpliendo la función del ejercicio físico y hasta ayudando a mitigar dolores, gracias a la liberación de la hormona oxitocina.
  • El sexo mejora tu autoestima: ¿Te ha pasado que cuando te has sentido más feo o fea, tu pareja sexual te hace sentir como los mismos dioses? Y no es que tu autoestima deba depender de la opinión del otro, pero sí es verdad que una interacción sexual donde te hagan sentir que mereces todo el placer, y donde tú le brindes una gran satisfacción a tu pareja, es una situación que te hace sentir de lo mejor. Además, esto puede ser un círculo virtuoso: si tienes buen sexo, aumentarás tu autoestima, lo cual te dará seguridad para tener más sexo, que te hará sentir aún mejor.

Todo esto es un proceso, no hay fórmulas mágicas, pero si te das la oportunidad de revisar lo que puede mejorar de tu vida sexual verás que los beneficios pueden, también, darle un giro a tu vida.

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