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La higiene menstrual ha adquirido una relevancia significativa en los últimos años, especialmente desde que se estableció un día dedicado a destacar su importancia, el próximo 28 de mayo.

En la actualidad, las mujeres tienen acceso a una amplia variedad de opciones para el cuidado íntimo durante su periodo menstrual. Desde toallas sanitarias orgánicas hasta ropa interior diseñada específicamente para la menstruación, e incluso copas menstruales, existe una variedad de métodos de higiene íntima entre los que las mujeres pueden elegir según sus preferencias y necesidades individuales.

Sin embargo, algunas mujeres enfrentan dificultades económicas que les impiden costear regularmente estos productos de higiene, especialmente aquellas que viven en áreas remotas o que están privadas de libertad. Estas mujeres podrían no tener acceso regular a los recursos necesarios para adquirir estos artículos.

Los expertos en ginecología y obstetricia advierten que la falta de acceso regular a los artículos de higiene aumenta considerablemente el riesgo de infecciones por hongos y bacterias debido a la falta de una higiene adecuada. Por lo tanto, se considera crucial promover y proporcionar de forma gratuita los insumos básicos de higiene menstrual, especialmente a aquellas mujeres que residen en áreas remotas.

De hecho, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha promovido que los suministros sanitarios sean gratuitos o libres de impuestos para ayudar a combatir la pobreza menstrual. Nueva Zelanda, Francia y Namibia son algunos de los países que han anunciado tales iniciativas, después de que Escocia se convirtiera en el primer país en proporcionar los productos de higiene menstrual de forma gratuita.

En Panamá, en marzo de 2021, un proyecto de ley que buscaba brindar acceso universal y gratuito a insumos para la gestión menstrual, cuya iniciativa estuvo a cargo del diputado independiente Juan Diego Vásquez, fue prohijado en la Comisión de la Mujer, la Niñez, la Juventud y Familia de la Asamblea Nacional. No obstante, la iniciativa no tuvo avances.

En su exposición de motivos, señala el documento que la menstruación constituye un proceso fisiológico, no optativo, por el cual atraviesan niñas y adolescentes que, de acuerdo al contexto en que vivan, puede generar diversos desafíos. En el mundo, por lo menos 500 millones de mujeres y niñas no tienen acceso a instalaciones adecuadas para manejar sus necesidades de higiene menstrual.

Además, subraya que la higiene menstrual conlleva la capacidad o el acceso de las mujeres, niñas y adolescentes a productos y materiales limpios para su gestión, que absorban la sangre producto del fin del ciclo menstrual; para que sea digna, requiere que se dé en privacidad, tan a menudo como sea necesario, con agua potable y jabón para una limpieza correcta y total, así como vías para desechar estos productos y los conocimientos científicos necesarios.

Mientras que en América Latina una de cada 3 adolescentes faltan a la escuela de manera regular por no contar con implementos adecuados para gestionar de forma digna su periodo menstrual: agua limpia, ropa interior adecuada y toallas sanitarias, tampones o copas menstruales. En lugar de ello, tienen que recurrir a calcetines, trapos o papel, una situación nada digna y que afecta la autoestima de las chicas y frena sus oportunidades educativas y desenvolvimiento social.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), en el mundo más de mil 800 millones menstrúan, pero a 500 millones se les niega el acceso a instalaciones seguras y a los productos sanitarios que ayudan a manejar sus períodos saludablemente. De acuerdo con un estudio del Instituto CEERI, en la región de América Latina y el Caribe, solamente 9 de 31 países consideran a los productos de higiene menstrual como productos de primera necesidad.

En 2018, Colombia se convirtió en el primer país de América en eliminar el impuesto del valor agregado (IVA) del 16% de los productos de higiene menstrual, seguido por México en 2022. Por el contrario, Chile gravó estos productos con un 19%, el segundo más alto en la región, por detrás de Uruguay con 22% de gravamen, detalla el estudio.

El Día de la Salud Menstrual es reconocido cada 28 de mayo en el mundo y fue lanzado por activistas en 2014 para resaltar la importancia de la educación sobre el manejo de la salud menstrual y empoderar a todas las personas menstruantes para participar plenamente en la sociedad y vivir una vida saludable y autodeterminada.

Además, es fundamental destacar que la falta de acceso a una higiene menstrual adecuada no solo afecta la salud física de las mujeres y niñas, sino también su bienestar emocional y su participación en la vida social y económica. La estigmatización y el tabú en torno a la menstruación pueden generar sentimientos de vergüenza y baja autoestima, lo que impacta negativamente en su capacidad para desenvolverse en la sociedad de manera plena y segura.

Por lo tanto, es imperativo que los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad en su conjunto trabajen en conjunto para garantizar el acceso equitativo a productos de higiene menstrual, así como para promover la educación y la conciencia sobre este tema. Solo a través de un enfoque integral y solidario se puede  asegurar que todas las mujeres y niñas puedan vivir con dignidad durante 

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