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La higiene de los genitales, tanto en hombres como en mujeres, vive hoy entre las recomendaciones médicas y la mercadotecnia. Sin embargo, mantener las partes íntimas limpias y saludables es más sencillo y requiere de menos parafernalia de lo que se suele pensar.

La recomendación 

Tanto para hombres como para mujeres, la recomendación es lavar los genitales todos los días, y con esta frecuencia no es necesario usar jabones demasiado abrasivos ni perfumados, sino simplemente limpiadores suaves que ayuden sutilmente con la higiene.

Higiene en hombres

En el caso de los hombres, lo ideal es lavar el pene con agua tibia. En caso de que tengas prepucio, es necesario retraerlo y lavar la base del glande, donde suele acumularse la secreción peneana llamada esmegma. Esta sustancia depositada en los pliegues del prepucio puede no sólo causar mal olor, sino también ser un medio de cultivo para hongos y bacterias.

Además, es importante lavar la zona del pubis, los testículos y su alrededor, ya que es una zona en la que el sudor se acumula y puede generar mal olor o alguna irritación. Para la rutina de limpieza no es necesario usar jabones excesivamente perfumados. Según los especialistas, un jabón neutro o suave es más que suficiente.

Higiene en mujeres

Para las mujeres, la presión social por limpiar la vagina es llevada a otro nivel. Existen en el mercado muchos diversos productos para, supuestamente, mantener limpia la zona. Desde jabones especiales (algunos de ellos incluso prometen “reafirmar” o “blanquear” la piel de esa zona) hasta toallas perfumadas o duchas vaginales son mercancías que el personal médico rechaza.

En primer lugar, las duchas que se insertan en la vagina son totalmente innecesarias, pues el conjunto de microorganismos que habitan en ese órgano mantiene su propio equilibrio y limpieza. De hecho, estos productos pueden llegar a ser nocivos al alterar este delicado ambiente.

Por otro lado, tanto los jabones especiales como las toallitas altamente suelen estar altamente perfumados, en un intento por “mitigar” el olor natural de la vulva (que así se llama la parte externa de la vagina). Estos perfumes pueden causar irritaciones en la zona y hacerla más propensa a infecciones.

Para ellas, bastan las mismas recomendaciones que para los hombres: agua tibia, jabón suave, lavar entre los pliegues vaginales y asearse a diario. Aunque quizás habría que añadir el hecho de aceptar que la vagina tiene cierto olor, y sería mejor aprender a identificar cuando el aroma puede realmente estar relacionado con alguna infección o enfermedad.
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