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Cuando una persona no cree haber estado expuesta al VIH, no se hace una prueba de detección hasta que la infección ha avanzado y ha provocado problemas de salud, como puede ser una baja de peso repentina, fiebres o diarreas que no ceden durante varios días o incluso semanas.

Son estos síntomas los que pueden hacer sospechar al médico que está frente a un caso de VIH, por lo que se mandan a hacer las pruebas correspondientes y, si el resultado es positivo, es momento de iniciar con el tratamiento antirretroviral.

Por fortuna, los tratamientos actuales son muy efectivos, tienen menos efectos secundarios que los que se usaban hace diez o quince años, y permiten a las personas recuperar su estado de salud en algunos meses.

Así, aunque hayan tenido que dejar de trabajar a causa de los malestares relacionados con el virus, es muy probable que las personas recién diagnosticadas tengan la posibilidad de volver a trabajar al cabo de poco tiempo.

El dar este paso es muy importante, no sólo para que esa persona recupere su estabilidad emocional y su autoconfianza, sino también para que tenga un ingreso que le permita afirmar su independencia y sentirse útil, además de que continúe desarrollando su ocupación como uno de los aspectos que nutren su vida.

El momento adecuado para una nueva vida con VIH

Por supuesto que cada quien procesa diferente el diagnóstico y su nueva vida con el VIH. Es posible que, en lugar del entusiasmo por volver al trabajo, tengas dudas y miedos sobre cómo retomar tu antiguo empleo o buscar uno nuevo, según el caso.

Para decidir si es el momento adecuado para ti y si quieres buscar un tipo de empleo específico (quizás distinto al que habías hecho antes), considera los siguientes puntos, recopilados por la organización estadounidense The Well Project

  • ¿Qué opina tu médico? De acuerdo con tu actividad, puedes preguntar a tu médico si es buen momento para retomarla. Él o ella también puede decirte si estás en condiciones de trabajar una jornada completa o deberías cubrir sólo media jornada.
  • Prueba con el trabajo voluntario. Si no estás seguro de cuánto puedes estar trabajando sin agotarte, busca un trabajo voluntario en alguna organización de ayuda social. Con el tiempo, incluso podría surgir una oportunidad de empleo remunerado en ese mismo lugar.
  • Analiza por qué quieres trabajar. “Porque necesito dinero” es la respuesta más obvia, pero también es cierto que esa no es la única razón. Algunas personas que viven con VIH consideran que la estructura de un empleo les ayuda a seguir mejor su tratamiento antirretroviral y a mantener un estilo de vida más sano. Hay otras que opinan que su empleo les brinda un sentido de propósito dentro de su comunidad o un sentimiento de pertenencia a un grupo.
  • ¿Tienes apoyo suficiente en tu entorno? Revisa si tu (nuevo) horario de trabajo interfiere con alguna de tus actividades del hogar (hacer limpieza, realizar pagos, etcétera) y si, en ese caso, cuentas con el apoyo de familiares o amigos que puedan hacer alguna de esas cosas por ti.
  • Revisa tus opciones de seguridad social. De acuerdo con el sistema de salud en el que has comenzado tu atención, valora la posibilidad de un empleo y si esto modificaría tu atención médica. Por el contrario, si no tienes una buena cobertura de salud, busca un empleo que pueda brindártela.
  • Enumera tus habilidades. Tu personalidad y tus capacidades pueden hacerte ideal para un tipo de empleo, pero también podrían dificultar otro. Aunque creas que ya lo sabes, aprovecha este momento de reflexión para hacer una lista de tus cualidades, aptitudes y capacidades, y así tratar de encontrar un trabajo que las aproveche al máximo.
  • Habla con otras personas con VIH. Dado que desde tu diagnóstico todo es nuevo para ti, puedes acercarte a hablar con otras personas que viven con el VIH sobre sus experiencias en el trabajo. Puedes preguntarles acerca de las cosas que más te preocupan y muy probablemente sus respuestas te darán la idea de cómo sobrellevar los retos. Además, hablar con otros en tu misma situación te hará saber que no estás solo en este proceso.

Recuerda que vivir con VIH cambia ciertas cosas en tu vida, pero otras, como tu talento y habilidades, se mantienen intactas. Para desempeñar de la mejor manera cualquier trabajo, lo importante es estar en buena condición de salud, la cual se logra con el tratamiento correcto. 

Si tú ya tienes un diagnóstico pero no has comenzado tu atención médica, en AHF Panamá podemos ayudarte. Acércate a nuestras oficinas o escríbenos por Wthatsapp.

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