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Cada 11 de octubre el mundo celebra el Día Internacional de la Niña, una fecha dedicada a reconocer los derechos y las luchas de las niñas y adolescentes. A pesar de los avances en la igualdad de género y los derechos de las infancias, las niñas en América Latina y el Caribe siguen enfrentando desafíos significativos que requieren atención urgente, y el primero de ellos es abrirse paso en sociedades donde sus voces no son escuchadas.

Por ello, este Día Internacional de la Niña 2023 decimos ¡Ya basta! Es momento de que sus voces resuenen.

Que resuenen para visibilizar y denunciar prácticas que les impiden un desarrollo equitativo, así como tener acceso a las mismas oportunidades que tienen los niños o adolescentes varones en diversos aspectos.

1. Desigualdad de género:

A pesar de los avances en la legislación de igualdad de género, las niñas enfrentan discriminación en diversos aspectos de la vida. Por ejemplo, 1 de cada 4 chicas de 15 a 19 años a nivel mundial no tiene educación, empleo o formación, en comparación con 1 de cada 10 chicos. Según un informe del Banco Mundial, la región de América Latina y el Caribe tiene la segunda tasa más alta de embarazo adolescente en el mundo: 2 de cada 10 bebés que nacen son de personas que dan a luz antes de los 20 años, lo que llega a ser hasta 4 de cada 10 en comunidades rurales y marginadas.

2. Violencia de género:

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la violencia de género es una de las principales amenazas para las mujeres y las niñas en la región. Este alarmante problema incluye abuso físico, sexual y psicológico. Las niñas son especialmente vulnerables a la explotación sexual y el matrimonio infantil, que pueden tener graves repercusiones en su salud y bienestar. De acuerdo con la CEPAL, entre el 60% y el 76% de las mujeres y niñas de América Latina y el Caribe ha sido víctima o ha experimentado algún episodio de violencia de género en distintos ámbitos de su vida.

En suelo istmeño, los datos del primer boletín de la Red de Indicadores de Género, durante la pandemia, la violencia contra las mujeres, adolescentes y niñas incrementó, llegando a registrarse 31 feminicidios.

Además, el informe reveló que en el 2021, la mitad de las violaciones carnales fueron a jóvenes de entre 15 y 25 años y un tercio se cometieron contra niñas menores de 15 años. 

El documento fue compartido por el Ministerio de la Mujer el pasado mes de agosto.  

3. Embarazo adolescente y Salud materno-infantil:

El embarazo adolescente y la salud materno-infantil siguen siendo desafíos considerables en América Latina y el Caribe. De acuerdo al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en América Latina y El Caribe se registra la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes del mundo. A la par, según UNICEF, la región tiene una de las tasas más altas de mortalidad materna en el mundo, y las adolescentes embarazadas enfrentan un mayor riesgo de complicaciones durante el parto debido a la falta de acceso a servicios de atención médica adecuados. La falta de educación sexual integral contribuye en gran medida a esta problemática.

En Panamá, hay una alta tasa de embarazo adolescente: 81 por cada 1,000 mujeres entre 15 y 19 años, de acuerdo con las últimas estadísticas dadas del Ministerio de Salud

4. Pobreza y exclusión social:

La pobreza y la exclusión social son obstáculos significativos para el bienestar de las niñas en la región. El Banco Mundial informa que aproximadamente el 30% de los niños y niñas en América Latina viven en la pobreza. De acuerdo con el Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales, 3 de cada 10 niñas en América Latina y el Caribe se ausentan de la escuela en los días de su menstruación debido a la falta de productos básicos para su gestión, como jabón, agua corriente y toallas sanitarias (2023).

Mientras que en Panamá, se estima que 1.5% de los niños vive con $2.15 al día. Mientras que 6% de la población con $3.65 y 19.7% con un monto de $6.85, según el documento de Unicef y el Banco Mundial.

Datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en Panamá (Unicef, por sus siglas en inglés) indican que el 33% de niños, niñas y adolescentes en Panamá (453 mil) viven en situación de pobreza multidimensional (privaciones y carencias), y 25% de ellos se encuentran en la comarca Ngäbe-Buglé.

De hecho, la proporción de niños en pobreza extrema ha disminuido en todas regiones, excepto en América Latina, donde se ha mantenido constante en alrededor del 3%.

Para abordar estas vulnerabilidades, es esencial dar voz a las niñas y fomentar su empoderamiento para que participen en la toma de decisiones que afectan sus vidas. Que conozcan su cuerpo, cómo cuidar de él y aprender a levantar la voz ante amenazas y abusos hacia su seguridad y dignidad. ¿Por qué buscamos que sus voces resuenen?

1. Para lograr mayor participación política:

Según datos del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), en muchos países de América Latina y el Caribe, las mujeres están subrepresentadas en los cargos políticos. Promover la participación activa de las niñas en la política y la toma de decisiones es esencial para garantizar que sus preocupaciones sean abordadas.

2. Para lograr mayor educación y alfabetización:

Aunque se han logrado avances en la educación de las niñas en la región, el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de la UNESCO muestra que aún existen disparidades de género en la educación secundaria. Garantizar que las niñas tengan acceso a una educación de calidad es fundamental para mejorar sus perspectivas en la construcción de un proyecto de vida.

3. Salud sexual y reproductiva:

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que aproximadamente 56% de las adolescentes en América Latina carecen de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva adecuados. Escuchar a las niñas y adolescentes en este contexto es esencial para garantizar que reciban la información y los servicios necesarios para tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y reproductiva.

4. Acceso a la Salud: Un Derecho Fundamental

Uno de los derechos fundamentales que debe garantizarse a las niñas es el acceso a la salud. La atención médica de calidad es esencial para su bienestar físico y mental y es un derecho reconocido en la Carta de los Derechos de la Niñez de las Naciones Unidas. Sin embargo, 4 de cada 10 niñas en la región enfrentan barreras significativas en la atención médica adecuada, tales como la falta de acceso a servicios de salud, estigmatización de la salud sexual y reproductiva y la ausencia de educación sexual integral.

El Día Internacional de la Niña es un recordatorio de que las sociedades y gobiernos deben ser responsables en la construcción de entornos donde SUS VOCES RESUENEN, se empoderen y garantizar el acceso a sus derechos, como vía para crear un futuro más igualitario y saludable para ellas.

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