“La primera relación sexual de tu vida va a doler” es lo que chicos y chicas solemos escuchar durante las primeras conversaciones sobre el tema con amigos. Sin embargo, nos quedamos con la idea de que es así y después de tres, cinco o diez veces el dolor sigue ahí, ¿es normal?
Las relaciones sexuales no deberían doler, y si esta sensación está presente, lo más seguro es que algo no está bien. Pero vamos por partes: el dolor durante el coito (la penetración) puede tener diversas causas, y es importante poner atención a todas ellas.
Estrés emocional: No es raro que las primeras relaciones sexuales sucedan antes del matrimonio, pero como todavía hay juicios y mitos que pesan sobre ellas, tampoco es extraño que se den en medio de situaciones estrés. Desde el hecho de no tener un lugar tranquilo para hacerlo, tener que hacerlo de prisa o no estar seguros de dar el paso, hasta la preocupación por un embarazo al no estar usando protección, todos estos factores influyen en que no podamos relajarnos al 100%.
Esta angustia emocional puede incluso generar padecimientos físicos en las mujeres, como el vaginismo, que es una contracción involuntaria de los músculos vaginales, lo que hace dolorosa o totalmente imposible la penetración.
Infecciones de transmisión sexual (ITS): Una posible causa de que el dolor en el coito persista es la presencia de infecciones sexuales. La clamidia, el herpes genital o la gonorrea pueden producir dolor o molestias difíciles de ignorar. Si no se tratan, estas y otras infecciones podrían tener consecuencias más graves, como la enfermedad pélvica inflamatoria, que se presenta cuando el microorganismo invade también el útero, las trompas de Falopio y/o los ovarios.
¿Qué puedo hacer?
Lo importante es saber que las relaciones sexuales no siempre van a doler. Si sientes molestias durante la penetración, dilo. Tú puedes parar la actividad sexual cuando lo decidas. El siguiente paso es consultar a un médico para verificar cuál es la fuente del dolor y darle solución.
Si no hay una enfermedad identificable en tu cuerpo, vale la pena revisar cómo te estás sintiendo con las relaciones sexuales, si hay algo que te estresa, te preocupa o te hace sentir mal respecto a esa actividad.
Y algo muy importante que no debes perder de vista: el dolor puede, de manera indirecta, exponerte a una ITS como el VIH u otras. ¿Por qué? Las molestias durante el coito pueden interferir con la lubricación vaginal, lo cual aumentará la fricción producida por la penetración y puede generar heridas en la mucosa vaginal (o anal, según el caso), esto abre una puerta para microorganismos que causan enfermedades. Y aunque es esencial que te protejas usando condón siempre, la propia fricción también podría llegar a dañar el preservativo, lo que te expone a los mismos riesgos.
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