Sólo un tercio de los hombres gays o bisexuales estarían dispuestos a hablar sobre sus prácticas de chemsex con un médico general o familiar, ya que tienen miedo de ser juzgados. Chemsex es el término en inglés para designar al hecho de consumir drogas recreativas (por lo general, drogas sintéticas) antes o durante las relaciones sexuales.
Para conocer las opiniones de los hombres que se involucran en esta actividad con otros hombres, se realizó una encuesta en línea a 184 hombres de Australia, entre noviembre de 2020 y enero de 2021. Quienes respondieron tenían, en promedio, 38 años de edad; la mayoría (81%) se identificaron como gays y una cuarta parte (27%) eran extranjeros, entre ellos 9.4% eran asiáticos y 1.7% eran de Sudamérica.
Chemsex: Una práctica común
El estudio, publicado en la revista especializada Addictive Behaviours Reports, detalló que más de la mitad de los encuestados (54%) llevaba más de cinco años practicando chemsex, y que la mayoría de ellos lo hacía una vez a la semana (21%) o una vez al mes (32%).
El hecho de que esta práctica involucre el uso de drogas como mefedrona, metanfetamina, ketamina, éxtasis, cocaína o poppers significa que se debe poner atención en ciertos riesgos, como el sexo sin protección, la sobredosis o las lesiones que podrían producirse al tener alterada la percepción del dolor cuando se usan estas sustancias en el sexo.
Por esto, se preguntó a los encuestados de dónde obtenían información sobre cómo hacer el chemsex. Las fuentes de información son numerosas, desde organizaciones civiles de diversidad sexual y amigos hasta médicos de salud sexual o completos extraños en aplicaciones de citas.
La información que viene de organizaciones de la diversidad sexual fue la que los hombres consideraron más relevante, y la menos relevante fue la de extraños en aplicaciones de citas.
Sobre con quién consultar este tipo de información, los participantes dijeron que se sentirían cómodos hablándolo con un médico especialista en salud sexual (59%) y un consejero o enfermero de salud sexual (53% y 46%, respectivamente). En cambio, sólo 34% se sentiría cómodo al hablar sobre esto con un médico general.
De hecho, algunos participantes dijeron que se han sentido juzgados por los profesionales de la salud cuando hablan del tema. Esto se suma a que, en realidad, muy pocos de los encuestados han hablado ya sobre el chemsex con cualquier profesional de la salud.
Con estos resultados, los investigadores consideran que los servicios de salud sexual y las organizaciones comunitarias deben mejorar sus servicios en este tema. A éstas últimas, les recomiendan entablar relaciones más profundas y firmes con sus usuarios y detectar cuáles son sus necesidades de información, mientras que a los servicios de salud sexual, les sugieren capacitar al personal médico sobre chemsex y discutir el tema de manera abierta.
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