Vivimos en una época en la que es cada vez más difícil negar a alguien sus derechos. Las comunicaciones tan inmediatas y el conocimiento que se ha difundido sobre los derechos humanos han facilitado que se reconozca que todas las personas tienen garantías que deben ser respetadas sin importar el contexto. La sexualidad, que es una parte fundamental del ser humano, no es la excepción.
Por esto, un grupo de especialistas en sexología conformó, en 1997, la primera Declaración de los derechos sexuales en el marco del XIII Congreso Mundial de Sexología celebrado en Valencia, España. En ese documento, que fue revisado y aprobado en la siguiente Asamblea General de la Asociación Mundial para la Salud sexual, en 1999, se enunciaron 11 derechos que tienen las personas para vivir una sexualidad plena.
- Derecho a la libertad sexual: Se refiere a la posibilidad de cada persona de expresar plenamente su sexualidad, aunque con importantes límites: no debe haber coerción, explotación ni abuso sexual bajo ninguna circunstancia.
- Derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo: Este derecho incluye la capacidad de tomar decisiones autónomas sobre la propia vida sexual. También garantiza que cada uno tenga control y disfrute de su cuerpo, libre de violencia, tortura o mutilación.
- Derecho a la privacidad sexual: Los actos y decisiones sexuales individuales son privadas y se mantendrán en el ámbito de la intimidad, siempre y cuando no agredan los derechos sexuales de otras personas.
- Derecho a la equidad sexual: Se refiere a eliminar toda forma de discriminación motivada por el sexo, el género, la orientación sexual, la edad, la raza o etnia, la clase social, la religión o las limitaciones físicas o emocionales
- Derecho al placer sexual: Es la garantía que tienen todas las personas de gozar del placer, incluyendo el autoerotismo, por ser fuente de bienestar físico y psicológico.
- Derecho a la expresión sexual emocional: Toda persona tiene derecho a expresar su sexualidad a través de la comunicación, el contacto, la expresión emocional y el amor.
- Derecho a la libre asociación sexual: Es el derecho a contraer o no matrimonio, a divorciarse y a establecer otros tipos de asociaciones sexuales responsables.
- Derecho a la toma de decisiones reproductivas libres y responsables: Aquí se incluye el derecho a decidir si tener o no hijos, su número y espaciamiento, así como el derecho a acceder a métodos anticonceptivos sin restricción.
- Derecho a la información basada en el conocimiento científico: Las personas tienen derecho a recibir información sexual que provenga de la investigación científica, elaborada de manera libre y ética, además de tener acceso a ella a todos los niveles sociales.
- Derecho a la educación sexual integral: Se debe brindar educación sexual durante toda la vida de una persona, y debe provenir de diversas instituciones sociales, como la familia y la escuela.
- Derecho a la atención de la salud sexual: Toda persona debe tener acceso a la prevención y el tratamiento de todos los problemas, preocupaciones y trastornos sexuales.
Es importante conocer estos derechos para que puedan ser reconocidos por los gobiernos e instituciones del mundo y así puedan ser exigidos por todas las personas.
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