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A lo largo de cuatro décadas de existencia del VIH, la ciencia se ha perfeccionado y ha permitido conocer más sobre el virus. Uno de los descubrimientos que tardó un poco en llegar fue la existencia de subtipos o cepas del virus, y, sobre todo, las diferencias que podían representar en su impacto a largo plazo.

Durante años, las personas que habían sido diagnosticadas con VIH pensaron que podían tener relaciones sexuales sin condón con otras personas que también tuvieran la infección. Esto les aligeraba el peso de tener que explicar su estatus a una persona seronegativa o de ocultarlo y arriesgarse a que, debido a algún accidente con el preservativo, pudieran transmitir el virus.

Además, encontraban mayor tranquilidad al relacionarse con otra persona con VIH, que comprendía bien lo que implicaba la infección y que probablemente había pasado por las mismas cosas o tenido los mismos sentimientos.

Sin embargo, esto era totalmente falso. Una persona con VIH se puede reinfectar con el virus de otra, y las consecuencias pueden ser serias.

El tratamiento estaría en riesgo

Tal como otros virus, el VIH tiene diferentes tipos y subtipos. Se conoce el VIH tipo 1 y el VIH tipo 2, y cada uno de ellos tiene subtipos que se identifican con las letras del alfabeto. Al inicio de la pandemia, esto no estaba registrado, pero conforme ha avanzado la ciencia genética, es posible analizar cuántos y cuáles subtipos de virus están presentes en una persona.

Se habla de una reinfección cuando alguien adquiere un nuevo subtipo de VIH distinto al que tenía originalmente, y podría incluso adquirir más de uno. Por otro lado, también podría estar recibiendo virus que ya sean resistentes a ciertos medicamentos.

Es por esto que los principales indicios de que alguien se ha reinfectado son un rebote en la carga viral o la aparición de falla terapéutica. Si esto sucede, se hace evidente que el tratamiento que la persona toma en ese momento ya no es eficaz para controlar la infección, con todos los riesgos que esto implica para la salud.

Una opción segura para evitar la reinfección (y de paso, la infección por otros microorganismos distintos al VIH) es el uso del condón en todas las relaciones sexuales. Pero hoy en día se cuenta también con el tratamiento antirretroviral, tomado adecuadamente, como una herramienta muy eficiente. Recuerda que indetectable=intransmisible, es decir, que si tú y la pareja con la que te relacionas mantienen una carga viral indetectable, las posibilidad de transmitir el VIH durante las relaciones sexuales es prácticamente de cero.

El apego al tratamiento y el monitoreo periódico de tu carga viral y tus células CD4 te ayudarán a mantener al virus bajo control para que puedas disfrutar de tu sexualidad y de todos los aspectos de tu vida.

En AHF Panamá realizamos pruebas de VIH gratuitas. Si ya conoces tu estatus, te apoyamos para que inicies o retomes tu tratamiento. Acércate a nuestras oficinas o escríbenos por Whatsapp.

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