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Los comentarios sobre el olor vaginal rodean a las mujeres desde que son niñas. Desde bromas hasta frases de desprecio, todo parece apuntar a que el aroma de la entrepierna es, cuando menos, desagradable.

El problema de crecer con esta idea es que las chicas llegan a creer que la vagina no debería oler a nada, por lo que cualquier esencia que perciban se toma como un signo de alarma.

La realidad es que la vagina tiene cierto olor, el cual depende de varios factores, por lo que es importante saber diferenciar cuándo es normal y cuándo deberías visitar al ginecólogo.

Un rincón bastante oculto

Los órganos genitales femeninos están en una zona donde difícilmente circula el aire, además de que suelen estar cubiertos por ropa, lo cual favorece que aumenten la humedad y la temperatura de esa área.

Todos estos factores influyen en el tipo y la intensidad del aroma de la vulva (los órganos externos) y la vagina (el canal interno que va hacia el útero). Así, el olor puede ser de humedad (con algo de acidez, debido al pH de la mucosa vaginal) o de sudor, y puede volverse más o menos intenso en ciertas circunstancias.

Si el resto de tu cuerpo suda mucho o si el aroma de tu sudor es fuerte, esto se reflejará en tu entrepierna. Por otro lado, la humedad vaginal seguramente cambiará con el momento del ciclo menstrual en el que te encuentres, de manera que ese olor podría concentrarse más o menos.

De acuerdo con el sitio web Scarleteen, especializado educación sexual, es normal que la vagina y vulva tengan un olor, por lo que es inútil intentar eliminarlo por completo. Lavarte con demasiada frecuencia (o insistencia), usando jabones perfumados o del tipo que eliminan las bacterias es contraproducente, ya que se trata de órganos que necesitan de las bacterias para mantenerse en equilibrio, por lo que alterar ese balance alterará también el olor.

Lamentablemente, existen en el mercado productos que dicen haber sido diseñados para acabar con ese aroma que se percibe como indeseable, pero difícilmente encontrarás a un médico que recomiende su uso. Un jabón neutro e incluso simplemente agua limpia son más que suficientes para asear tus genitales. Recuerda que tampoco es necesario realizar duchas vaginales, pues no hay nada “sucio” ahí dentro y sólo conseguirás romper el equilibrio de la flora bacteriana que ahí habita.

Infecciones a la vista

Muchas mujeres se preocupan por el olor de su vagina pues creen que puede deberse a una infección, pero es importante diferenciar los síntomas que pueden indicar la presencia de algún microorganismo dañino.

Por fortuna, las infecciones vaginales más comunes no son graves, por lo que, si observas un cambio en el flujo, debe ser por algún padecimiento fácil de controlar. Por ejemplo, la candidiasis, la vaginosis bacteriana o la tricomoniasis pueden provocar flujo vaginal de color blanco, amarillo, gris o verdoso y que tiene mal olor (como a algo podrido o a pescado).

En estos casos, el olor sí es relevante, pero es mucho más evidente el color y la consistencia del flujo para saber que estás frente a una infección que puede ser de transmisión sexual (como la candidiasis y la tricomoniasis) o no (como la vaginosis bacteriana).

Si detectas estos síntomas es importante que acudas a una consulta médica para tratar la infección, ya que un problema de este tipo te hace más vulnerable ante el VIH, pues facilita su entrada al cuerpo a través de las paredes vaginales.

Cuida tu cuerpo

En resumen, las vaginas huelen y eso es normal. Sí debes lavar tu vulva regularmente, pero no es necesario que sea una limpieza intensa, pues esto puede ser contraproducente. Recuerda que es un órgano que debe conservar su delicado equilibrio.

Y para cuidarlo aún mejor, utiliza condón durante todas tus relaciones sexuales, así evitarás exponerte a una infección de transmisión sexual como el VIH. Si quieres recibir condones gratis o hacerte una prueba de detección sin costo, acércate a AHF Panamá y conoce todos nuestros servicios.

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