Los logros y retos de Panamá contra la tuberculosis (TB) fueron expuestos en la reunión de alto nivel sobre la tuberculosis de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), celebrada el pasado 22 de septiembre en Nueva York, Estados Unidos.
Para los representantes de Panamá, el encuentro fue oportuno para buscar aliados en la lucha contra la tuberculosis, una enfermedad que persiste en el tiempo, a pesar de los esfuerzos realizados por la comunidad científica.
Entre los logros del país se encuentra la disminución de la tasa de mortalidad por tuberculosis de 5.2 por 100 mil habitantes en 2015, a 3.2 por 100 mil habitantes en 2022.
Aunque la pandemia afectó el trabajo contra esta enfermedad, en Panamá la tasa de éxito del tratamiento pasó del 30% en 2015 al 58% en 2021, debido a la implementación de los nuevos esquemas de medicamentos.
Así lo explicó la viceministra de Salud, Ivette Berríos, quien reconoció que el país enfrenta desafíos significativos como la movilidad de la población indígena, que en busca de mejores condiciones de vida, ha complicado en algunos casos el seguimiento del tratamiento, aumentando el riesgo de la enfermedad.
Sobre el Plan Estratégico Nacional para el Control de la Tuberculosis 2023-2027, Berrío destacó que la finalidad es alcanzar para el año 2025 reducir en un 75% las muertes por el padecimiento y lograr una disminución del 50% en la tasa de incidencia en comparación con 2015.
“Se ha demostrado un firme compromiso con esta causa a través de la creación de normas nacionales y la promulgación de la Ley 169 del 12 de octubre de 2020, que establece el marco jurídico para el control y la prevención en nuestro país”, indicó la viceministra de Salud.
También este año se comenzó a brindar a los pacientes un nuevo tratamiento para la infección de tuberculosis. Se trata de la rifapentina, un antibiótico que permite acortar el tiempo del tratamiento de meses a semanas, y que se activa junto a otros medicamentos como la isoniacida o la moxifloxacina. Este nuevo medicamento reducirá de 6 a 3 meses el tratamiento.
Esta enfermedad infecciosa suele afectar a los pulmones y es causada por la bacteria denominada Mycobacterium tuberculosis. Se transmite de una persona a otra a través de gotitas de aerosol suspendidas en el aire expulsadas por personas con enfermedad pulmonar activa.
Los datos de epidemiología del Ministerio de Salud (Minsa) muestran que hasta el 10 de diciembre de 2022 se registraron en el país mil 422 casos de tuberculosis pulmonar y 174 extrapulmonar (que afecta otros órganos fuera de los pulmones).
Un encuentro oportuno
En el encuentro, se aprobó una declaración con una serie de objetivos, que incluyen la prevención y la atención de la tuberculosis en al menos el 90 % de la población mundial, proporcionar asistencia social a todos los enfermos de tuberculosis, aprobar una nueva vacunay acabar con los déficits de financiación en investigación para el 2027.
El científico del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá (Indicasat-AIP) y presidente de la Organización Panameña Antituberculosa (OPAT), Amador Goodridge, quien formó parte de la delegación, manifestó que se pudo promover la ciencia, la financiación y la innovación, así como sus beneficios, para poner fin urgentemente a la epidemia mundial, en particular asegurando un acceso equitativo a la prevención, las pruebas, el tratamiento y la atención.
Remarcó que se debe trabajar en incrementar y priorizar el apoyo financiero a las actividades programáticas, diagnóstico molecular y de prevención; abogar por los grupos más vulnerables como los niños, personas con VIH, diabetes, privados de libertad, grupos originarios, migrantes, pacientes con secuelas, entre otros; implementar alternativas en procesos de rendición de cuentas; y solicitar la inclusión de la región en las pruebas de vacunas contra la tuberculosis.
En este último punto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en marcha un Consejo Acelerador de Vacunas frente a la Tuberculosis con el objetivo de tener en el menor tiempo posible un compuesto biológico que funcione para hacer frente a esta enfermedad en el mundo.
Este nuevo organismo busca aunar agencias internacionales, gobiernos y otras instituciones para superar las barreras existentes en el desarrollo de las vacunas.
La realidad a la que se enfrenta el Consejo es dar viabilidad a un producto del que no se autoriza una nueva vacuna desde hace 100 años.
Actualmente, la conocida BCG es el único suero autorizado, que si bien ofrece una eficacia moderada en la prevención de formas graves, no ofrece protección en un gran número de casos. Por el momento, existen unas 16 vacunas candidatas en fase de desarrollo.
Las Américas es la región más desigual del mundo, pero progresivamente ha dejado de recibir apoyo de la cooperación internacional porque solo cuenta con el 3% de la carga mundial del padecimiento. Sin embargo, para poder alcanzar la meta 3.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030, ninguna región del mundo puede quedarse atrás.
AHF a nivel Global ha lanzado una iniciativa para buscar incidir ante tomadores de decisión de más de 40 países, incluido Panamá, que comprende 10 puntos clave para tomar acción para PONER FIN A LA TB, que se centran en maximizar las capacidades y entrenamiento para el diagnóstico temprano en los sistemas de salud así como la eliminación de barreras para que los países accedan a los medicamentos más modernos, con mayor efectividad y más corta duración de tratamiento.