El hecho de que las personas con VIH vivan cada vez más años también implica que pueden desarrollar otras enfermedades no relacionadas con el virus, para las cuales también necesitarán tratamiento.
Esta situación hace más complejo el poder balancear unos y otros medicamentos, ya que muchos pueden interactuar o francamente interferir con los fármacos antirretrovirales, lo que tendrá efectos negativos en la salud de las personas con VIH.
Así lo mostró un estudio publicado en la revista HIV Medicine, que encontró que los medicamentos de prescripción y otros de libre venta, además de los suplementos alimenticios, pueden interactuar con el tratamiento antirretroviral.
La buena noticia es que la mayoría de estas interacciones se pueden evitar mediante un ajuste o la interrupción de ciertos medicamentos, o bien, con algún cambio en el tratamiento antirretroviral o modificando la toma de medicamentos, explica el portal de noticias del Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt-VIH).
La suma de los fármacos
Al hecho de tomar diversos tratamientos para varias enfermedades crónicas, además del tratamiento antirretroviral, se le llama polifarmacia. Un equipo de investigación del Hospital Universitario de Copenhague, Dinamarca, realizó un estudio para calcular la prevalencia de medicamentos de prescripción y de venta libre, incluyendo los suplementos alimenticios, en las personas con VIH.
Otro de los objetivos del estudio era evaluar las potenciales interacciones entre todos los medicamentos y los que tratan el VIH.
De 337 participantes, el 26% tomaba cinco o más medicamentos y el 56% tomaba suplementos alimenticios. También se encontró que más de la mitad de los participantes (52%) estaban tomando medicamentos cuya administración era necesario ajustar (en dosis o en frecuencia), además de que el 4.5% de los involucrados tomaban medicamentos que no deberían administrarse conjuntamente.
Interacciones potenciales
Los investigadores identificaron algunos de los factores que predijeron las potenciales interacciones entre los medicamentos, y que eran válidos de forma independiente:
- Ser de sexo femenino (por el tipo de medicamentos, como hormonas, que se les prescriben a las mujeres)
- Estar tomando un inhibidor de proteasa (una clase específica de antirretrovirales)
- Estar tomando cinco o más fármacos además del tratamiento antirretroviral
- Estar tomando medicamentos de venta libre
- Consumir suplementos alimenticios
En general, las interacciones entre medicamentos fueron frecuentes entre la población estudiada. Sin embargo, la severidad de la mayoría de las interacciones fue más bien baja.
Lo más importante es que, en la mayoría de los casos, tales interacciones podrían evitarse cambiando o suspendiendo el medicamento, con un cambio en el tratamiento antirretroviral (modificando alguno de los componentes) o espaciando de manera distinta la toma de los medicamentos.
En especial, un régimen que contenga antirretrovirales del tipo inhibidores de proteasa (una de las clases más antiguas de estos fármacos), en combinación con la polifarmacia aumentan el riesgo de interacciones entre medicamentos.
Por otro lado, quedó asentada la importancia de investigar más acerca de la toma de suplementos alimenticios de las personas con VIH, pues creyendo que esto beneficia su salud, podría estar interfiriendo con el funcionamiento correcto de su tratamiento antirretroviral.
Una situación que aumenta con la edad
La investigación también comprobó que las enfermedades concomitantes (comorbilidades) y la toma de medicamentos de libre venta se incrementan conforme las personas con VIH alcanzan más edad.
Por esta razón, los investigadores sugieren que se eduque mejor tanto a los médicos como a los pacientes acerca de los medicamentos de libre venta, pues el uso de algunos de ellos puede requerir más vigilancia. En general, es importante que se lleve un registro claro de todos los fármacos que la persona con VIH está consumiendo.
Sin duda, el tratamiento antirretroviral ha beneficiado a las personas con el virus, permitiéndoles alcanzar una expectativa de vida casi igual a la de la población general, pero sigue siendo un reto mantener la mejor calidad de vida posible.
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