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Frente a un problema tan grande como la pandemia de COVID-19, el mundo no puede permitirse cometer los mismos errores que con la epidemia del VIH, “cuando millones de personas en países en vías de desarrollo murieron mientras aguardaban la llegada de un tratamiento”, dijo la directora ejecutiva del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), Winnie Byanyima.

En su mensaje global con motivo del 1 de diciembre, Día Mundial contra el Sida, la ingeniera y activista ugandesa advirtió que la COVID-19 está amenazando el progreso en materia de salud y desarrollo que el mundo había conseguido en las últimas dos décadas, incluyendo todos los pasos que se habían dado en la respuesta al VIH y al sida.

Byanyima reconoció que este Día Mundial del Sida va a ser único, ya que el nuevo coronavirus, “al igual que todas las epidemias”, está incrementando las desigualdades ya existentes, como la desigualdad de género, la racial, la social y la económica.

Pero aun en este contexto, dijo sentirse muy orgullosa de que las y los activistas del VIH se han movilizado para defender sus progresos, proteger a las personas con VIH y a otros grupos vulnerables, intentando hacer frente a los efectos de la COVID-19. Esto sólo ha reafirmado que tanto los activistas de VIH como las comunidades más afectadas por este virus son el pilar fundamental de la respuesta a la epidemia, emprendiendo todo tipo de acciones para asegurar que las personas con VIH reciban medicamentos y tengan sustento para sobrellevar la situación actual.

“Hoy en día necesitamos esa fuerza más que nunca para derrotar a las dos epidemias que nos acechan, la del VIH y la de la COVID-19”, enfatizó.

Liberar patentes en pro del bien global

Debido a la experiencia de casi 40 años haciendo frente a un problema de salud global, ONUSIDA se ha colocado a la cabeza de los esfuerzos para conseguir una vacuna universal contra el nuevo coronavirus.

La solidaridad mundial que se requiere en este momento, afirmó Winnie Byanyima, incluye que los laboratorios farmacéuticos compartan su tecnología y su experiencia, renunciando para ello “a sus derechos de propiedad intelectual, para que así se puedan producir vacunas exitosas a la escala y velocidad necesarias para proteger a toda la población.” 

A medida que se acerca el final de 2020, dice la funcionaria internacional, el mundo nos recuerda que estamos en un punto peligroso y que los meses siguientes tampoco serán fáciles. Por ello, sólo la solidaridad mundial y la responsabilidad compartida (lema de este año en el Día Mundial contra el Sida) ayudarán al mundo a erradicar la COVID-19, a acabar con la epidemia de VIH y a garantizar el derecho a la salud para todas las personas.

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