Uno de los retos actuales más importantes para la medicina es el cáncer, una enfermedad que encierra muchas incógnitas, pero de la que también se han logrado identificar varios factores de riesgo. Uno de esos factores es vivir con el VIH.
Desde el inicio del a epidemia de VIH, en 1981, algunos cánceres poco comunes estuvieron claramente asociados al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), mientras que, con el avance de las investigaciones, se ha visto que otros cánceres son más frecuentes en personas que viven con VIH que en otras que no lo tienen.
Cáncer relacionado con el sida
Para determinar que una persona tiene sida, es decir, la fase más grave de la infección por el VIH, se toman en cuenta varios criterios, y uno de ellos es la presencia de lo que se llama enfermedades definitorias de sida. Se denominan así porque, si la persona no tuviera este síndrome, sería muy raro que presentara alguna de esas enfermedades.
Así, entre las enfermedades definitorias de sida están algunos cánceres. El primero de ellos es el sarcoma de Kaposi, que es bastante identificable pues los tumores, que afectan los tejidos blandos, pueden manifestarse en la piel en forma de manchas de color morado, marrón o rojizo, que pueden abultarse conforme crece el tumor. También afecta la mucosa de la boca, entre otros tejidos.
El sarcoma de Kaposi puede tratarse de dos formas: con quimioterapia y radioterapia, cuando está muy difundido en el organismo, o bien, retirando quirúrgicamente los tumores si estos se encuentran en zonas bien delimitadas (como los pies, la espalda o el rostro).
Otro cáncer definitorio de sida es el llamado linfoma no Hodgkin, el cual ataca al sistema linfático del cuerpo, que es parte del sistema de defensa. Se presenta porque un tipo de células del sistema linfático, llamados linfocitos, comienzan a reproducirse descontroladamente. Este cáncer también se puede tratar con quimioterapia o radioterapia, o con algunos otros medicamentos especializados.
Un tercer cáncer definitorio de sida es el linfoma primario del sistema nervioso central. Este tipo de cáncer no es otra cosa que un tumor que se origina en el tejido nervioso, principalmente en el cerebro. Por la localización del tumor, su tratamiento es delicado y puede abordarse, primero, con corticosteroides, un tipo de medicamentos que combate la inflamación. Sin embargo, sus resultados no son duraderos y se suele recurrir a la quimioterapia o radioterapia, pero se corre el riesgo de afectar el resto del tejido del cerebro, por lo que debe manejarse con precaución.
Otros cánceres que vigilar
Aun cuando la persona con VIH no esté en etapa de sida, se sabe que las personas con el virus tienen más probabilidades de desarrollar cáncer que quienes no tienen VIH, por lo que es importante estar pendientes de cualquier cambio que pueda estar relacionado con algún tumor.
Podemos hablar de dos cánceres que son causados por virus que comparten las vías de transmisión con el VIH. Se trata del virus del papiloma humano (VPH), que se transmite sexualmente, y del virus de la hepatitis C (VHC), que se transmite por la vía sanguínea.
Esto no significa que todas las personas con VIH tengan también VPH y VCH, pero sí que es más probable que presenten alguno de estos virus, en comparación con quienes no tienen VIH.
Hay que recordar que el VPH es la principal causa de cáncer del cuello del útero, mientras que también puede generar tumores en la garganta, el pene o el recto. Para evitar que estos tumores se extiendan, es importante tener consultas periódicas con los especialistas en ginecología y urología, que están capacitados para detectar lesiones sospechosas en etapas tempranas y darles el tratamiento adecuado.
Por su parte, el VHC es un importante factor en el desarrollo del cáncer de hígado. Por fortuna, existen tratamientos capaces de curar esta infección, por lo que es recomendable que las personas con VIH también se hagan una prueba de detección de VHC. En caso de resultar positiva, se puede dar tratamiento y con esto evitar el riesgo del cáncer hepático.
Prevenir es mejor
Estos son sólo algunos de los cánceres a los que las personas con VIH están especialmente expuestas. Para evitar que avancen, los equipos médicos especializados en la atención del virus deben dar el seguimiento oportuno. Si tienes alguna duda sobre éstos u otros padecimientos relacionados con tu condición, expresa tus preguntas a tu médico y hazle saber que estás pendiente de tu atención.
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